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Curar la impotencia y desmontar mitos

Los mitos sexuales aumentan el nivel de exigencia y pueden desencadenar impotencia. En este artículo aprendemos a desmontar esos mitos sexuales.


Es muy frecuente que al mantener relaciones sexuales nuestras expectativas sean muy elevadas – irreales – y que esto nos lleve a un nivel de insatisfacción que sea el detonante de nuestra impotencia.

Curar la Impotencia y Desmontar mitos 01
Para comenzar a superar esta situación que tanto nos afecta debemos aprender primero qué hay de real en estas expectativas, qué es lo realmente importante en la relación sexual, hasta qué punto estamos siendo realistas con nuestras posibilidades y nuestras expectativas y si no será que estamos poniendo el listón demasiado alto y somos nosotros mismos los que – de manera inconsciente – estamos desencadenando nuestro problema de disfunción eréctil.

Esta bitácora versa sobre cualquier tipo de impotencia (excepto la traumática, donde sólo los médicos te pueden ayudar) pero se especializa en la más frecuente: la impotencia psicológica, en la cual es nuestra mente, nuestra manera de modelar la realidad el detonante de nuestro problema.

En la impotencia psicológica es importante (no esencial) que seamos conscientes de qué estamos diciendo a nuestra mente. Es frecuente que estos pensamientos se refieran a falsos mitos y, por tanto, tenemos que conocer


Los falsos mitos sexuales y la impotencia



Veamos pues si nos sentimos identificados con alguno de los mitos sexuales más frecuentes, si alguno está en nuestra línea de pensamiento:

El Sexo es cuestión de orgasmos.

Este es sin lugar a dudas el mito más extendido, sobre todo entre los hombres. El número de orgasmos, la intensidad que se obtuvo en cada uno de ellos y su calidad es una cuestión muy debatida, continuamente se oyen leyendas de actuaciones épicas no contrastadas y generalmente falsas y, lo que seguro todos hemos vivido en más de una ocasión: se tiende a exagerar incluso hasta situaciones claramente irreales.

El problema es que esta exageración, esta prevalencia de gente inclinada a sobrevalorar el orgasmo, nos afecta y tendemos a querer emular sus “hazañas”. De igual manera que sería una tontería que intentáramos emular al actor de una película X (es como si de repente consideráramos que somos débiles por no tener la destreza de rambo en el combate y nos decayéramos por no poder emularlo: ¡que es una película ¡), tampoco debemos sentirnos decaídos por no poder emular las exageraciones de nuestros amigos.

La relación sexual es una experiencia muy personal, algo que sólo compartimos con nuestra pareja y, para comenzar a superar nuestra impotencia psicológica, es con ella con la que debemos encontrar una manera que se nos adecúe y satisfaga, una manera a nuestro ritmo e intensidad.

Para emular a nuestros amigos solo es necesario ser tan maquillador de la realidad como lo son ellos.

Un mundo de números.

Vivimos en un mundo de números: cuántas horas trabajas, cuánto dinero ganas, cuántos pantalones tienes, etc. y solemos trasladar esta mentalidad estadística a nuestras relaciones sexuales: cuántos coitos practicamos, cuántos orgasmos conseguimos, cuánto tiempo dedicamos, qué frecuencia semanal, qué evolución temporal están teniendo nuestras relaciones, etc.

Estamos más pendientes de cumplir con las estadísticas que de aquello que realmente nos aporta la relación.

No podemos caer en esta trampa. El nivel de satisfacción no se puede medir. Aunque algunos te dirán que cuanto más dinero tienes, más feliz eres, la realidad estadística (ya que te gustan los números) es que los países más felices no son los más ricos. Con un nivel suficiente de dinero, la felicidad que alcances dependerá de tus expectativas, de cómo lo gestiones y de a qué lo dediques.

El sexo no es una cuestión de números. Para superar la impotencia psicológica, deja de contar y dedica tus esfuerzos a lo que realmente importa y es el disfrutar, dar y recibir en cada relación, aunque esta no incluya coito ni orgasmo.

Diferencia de género

En la sexualidad de pareja, que hombres y mujeres somos distintos es algo innegable tanto física como psicológicamente. Pero esta diferencia tiende a maximizarse llegando a resultar problemática.

Ni los hombres son animales de pensamiento único que se pasan las 24 horas del día pensando en el sexo, ni las mujeres son tan románticas como se les atribuye y también buscan en ocasiones la satisfacción puramente sexual en la relación.

Resulta contraproducente el estar constantemente intentando cumplir con esta falsa expectativa, con este mito que nos acarrea más problemas que ventajas. Para superar la impotencia debemos comenzar a aceptar nuestra manera de vivir la sexualidad, nuestra frecuencia, intensidad, calidad, etc. Debemos aprender nuestra manera de sentir y hacer y centrarnos en encontrar la manera de disfrutar de nuestra propia sexualidad y la de nuestra pareja, conectando con ella a nuestro ritmo.

Cuerpos esbeltos

Cuerpos de ensueño. ¿Realmente consideras que es necesario tener un cuerpo perfecto con unas medidas ideales para disfrutar del sexo?

La respuesta es simplemente no. Permite recordar una historia que nos lleva a un hombre ya muy mayor que intenta a mantener una relación sexual con una joven y al mostrar su cuerpo viejo, débil y de pene pequeño, ve como la joven se ríe y le pregunta ¿A quién piensas dar placer con eso viejo? A lo que el experimentado hombre le contesta: A mí.

En una relación de pareja, lo importante no es tu cuerpo ni el de tu pareja, lo importante es nuestra destreza y desempeño, lo que queramos transmitir y recibir. Para superar el bloqueo que te está conduciendo a la impotencia sexual psicológica debes entender que la realidad de un buen amante, la diferencia entre un amante resolutivo y otro solo aparente, está en la capacidad de dar y de saber recibir, una capacidad íntimamente ligada a la seguridad en uno mismo.



En este artículo hemos visto mitos sexuales que, aunque aparentemente tengamos superados, suelen influirnos, solemos tenemos interiorizados y nos afectan. Mitos con esquemas que hacen que pongamos nuestras expectativas en niveles irreales y que olvidemos lo realmente importante en las relaciones: dar y recibir satisfacción. Esquemas mentales de pensamiento que debemos superar para superar nuestro problema de impotencia (psicológica o no).



Como aumentar la libido

Es posible aumentar la libido introduciendo cambios totalmente naturales en nuestras comidas, te mostramos cómo y cómo potenciar tu potencia sexual.


Está dentro del llamado conocimiento popular que a partir de los 40 años, muchos hombres comienzan a desarrollar problemas de erección. Esta bitácora está dedicada a la impotencia, a la dificultad de tener o mantener una erección, y este es un problema que afecta a personas de cualquier edad. (Notar que decimos personas porque, aunque es un problema que normalmente se atribuye al hombre, también se da en las mujeres).

Como aumentar la libido - Ginkgo biloba
Como ya hemos comentado en artículos anteriores, la impotencia puede deberse a problemas físicos, traumatismos o problemas psicológicos. Ante los primeros síntomas de estar padeciendo impotencia, lo primero que debemos hacer es acudir a nuestro médico o especialista que será quién mejor pueda diagnosticar cual es nuestra circunstancia, hecho esto; una vez conocido que nuestro problema de impotencia se debe a un problema psicológico, sí podemos y debemos tomar cartas en el asunto y poner de nuestra parte para superarlo.

En este artículo vamos a tratar de aquellas comidas, aquellos alimentos que van a ayudarnos a aumentar nuestra libido (nuestro deseo sexual) y, de paso, ayudarnos a mejorar nuestro desarrollo y potencia sexual. Comencemos pues:


Como aumentar nuestra libido con las comidas



Aunque existen alimentos, comidas, que son útiles en nuestro propósito (mira nuestro inciso sobre cómo aumentar la libido en la mesa), los mejores resultados los vamos a obtener con el consumo de determinadas plantas en pastillas naturales, preparados o en infusiones. Estas plantas serán:


Cómo aumentar la libido en la mesa

Existen multitud de comidas que, por sus principios activos, resultan muy útiles para favorecer la circulación sanguínea (principal causa de la impotencia); estos alimentos van a favorecer el que nuestra circulación retome su camino normal y seamos capaces de inundar los cuerpos cavernosos de nuestro pene teniendo nuevamente erecciones fuertes, otros nos van a ayudar a combatir los efectos del cansancio y otros estimularán nuestra libido:

Zumo de limón: podemos tomarlo directamente o disuelto con agua (algunos incluso prefieren añadirle algo de azúcar); este zumo es un auténtico aliado a la hora de combatir el problema que nos ha traído a esta bitácora: la impotencia.

Apio: Podemos tomar esta planta directamente en ensaladas o tomando su zumo después de licuar. El apio además de tener grandes propiedades a la hora de mejorar la circulación sanguínea, es conocido por su capacidad de aumentar el deseo y la potencia sexual. (nota: Esta planta, además, es conocida por sus propiedades anticancerígenas, contra el colesterol, antiinflamatorias, digestivas, diuréticas y adelgazantes).

Ajo: El ajo – además de ahuyentar a los vampiros – tomado crudo contiene gran cantidad de arginina, la cual mejora la circulación y favorece la erección. (nota: si tienes reparo por el sabor que deja en tu boca, el mejor remedio es masticar perejil crudo después de comerlo). .

Miel y los frutos secos: son excelentes productos para aportar energía casi instantánea. La miel además introduce una pequeña subida de azúcar muy beneficiosa para las relaciones íntimas.

Ginseng Panax:

Esta planta de origen chino es considerada un estimulante y está reconocida como uno de los principales afrodisiacos masculino. Según la teoría sistémica, esta planta es un adaptógeno que va a aportarnos los nutrientes necesarios para restablecer la energía corporal y aumentar nuestra potencia. Vamos a poder encontrarla en cualquier herbolario o farmacia.

Destacar que, pese a sus propiedades beneficiosas, esta planta está contraindicada en el caso de padecer problemas cardiacos (en el corazón), problemas estomacales o problemas de ansiedad y/o estrés. Si alguno de estos es tu caso, consulta con tu médico sobre tu intención de empezar a consumirlo y si puedes hacerlo.


Shisandra.

Para aumentar la vitalidad sexual.

Esta planta también proviene de la china (en este caso del norte) está indicada para tratar la impotencia (y la eyaculación precoz), aumentar la vitalidad sexual, actúa contra el cansancio crónico y contra el estrés.

Esta planta tiene la ventaja respecto al Ginseng que no presenta sus contraindicaciones, aunque puede resultar un poco más complicada de encontrar.


Ginkgo Biloba.

Esta planta está considerada uno de los mejores alimentos para mejorar la circulación sanguínea (que, como hemos comentado, está detrás de muchos de los problemas de impotencia, incluida la impotencia psicológica que comienza por "tropiezos" de erección que no son manejados de la manera adecuada). Por sus propiedades facilita el restablecimiento de la correcta circulación de la sangre lo que permite que esta pueda llegar e inundar los cuerpos cavernosos del pene.

Notar que tomada en exceso, el guinkgo biloba puede producir dolores de cabeza y problemas gástricos.


Sabal contra la impotencia.

Para luchar contra la falta de erección y de libido, deberemos incorporar media cucharadita de la tintura de esta planta diluida en agua. Repetiremos este proceso tres veces al día – aunque por un máximo de seis semanas -.



Un efecto similar podremos obtenerlo con las decocciones de hinojo, poniendo aproximadamente 10 gramos en cada taza y tomando tres tazas al día.



Chocolate:

Por muchos considerado directamente “el afrodisiaco”, algunos llegan incluso a predicar sus bondades como sustitutivo del sexo.

Por sus principios activos, el chocolate aúna en un único alimento las sustancias que se cree aumentan el enamoramiento, aumentan la sensación de placer, estimulan nuestro organismo y favorecen la erección. Todo un compendio de virtudes.



Existen multitud de alimentos que podemos introducir en nuestra dieta habitual que, de manera totalmente natural, van a ayudarnos a mejorar nuestro desempeño sexual, desde haciendo que vuelva a revivir nuestro deseo hasta ayudándonos a tener y mantener la potencia sexual (y nuestra erección).


Podéis visitar el vídeo que hemos creado para exponer estos alimentos para aumentar la libido y la potencia sexual de manera totalmente natural:





El Deseo Sexual Femenino

La libido femenina, el deseo sexual en la mujer es muy fluctuante, depende de varios factores. Veamos cómo reactivarla.


Deseo Sexual Femenino 01
Los estudios constatan que una de cada tres mujeres adultas sufre una reducción (llegando incluso a la desaparición) del deseo sexual. Aunque la medicina está avanzando mucho en tratamientos para solucionar el problema, todos los tratamientos se topan con el mismo problema: En el caso del deseo sexual de la mujer, es aspecto psicológico es incluso más importante que en los hombres a la hora de poder disfrutar del placer sexual.

El deseo sexual funciona igual en hombres y mujeres. Para que la libido se active es necesario que se active una zona del cerebro denominada hipotálamo, esta activación hace que se desencadenen una serie de procesos químicos en nuestro cerebro que concluyen principalmente con la creación de testosterona (sí, aunque normalmente la producción de esta hormona se ha asociado a los hombres, también interviene en la sexualidad femenina).

Mientras que con los hombres, el proceso hormonal es definitorio, en las mujeres no lo es tanto.

Encender la llama

Las emociones tienen especial importancia en el caso de la sexualidad femenina. Para aumentarla, deberemos tener en cuenta:

Si nuestro objetivo es el orgasmo, no nos relajaremos y esto dificultará el que debe ser nuestro objetivo final que no es otro que conseguir disfrutar del acto. La mejor estrategia para aumentar nuestra excitación al máximo.

Puesto que el tema mental tiene gran importancia en el deseo sexual femenino, los tiempos de excitación son más dilatados y, por tanto, debemos aprender (nosotros y nuestra pareja) a dilatar los tiempos y extender y saborear los preliminares.

Reconozcamos que casi todos hemos tenido momentos brillantes que han surgido de manera espontánea pero, y especialmente en este caso, esta no tiene porqué ser necesariamente la mejor estrategia. Planificar, elegir el lugar, el momento, la ambientación, nos ayudará a tener un mayor control, seguridad y tranquilidad para favorecer nuestro objetivo de alcanzar la excitación sexual.

No despreciemos la importancia del ejercicio mental; debemos dedicar un tiempo diario a pensar, planificar, vivir mentalmente nuestra próxima relación sexual. Debemos vencer nuestros tabús y dedicar un tiempo cada día a pensar en el sexo.

Las mujeres, a la hora de encender el mecanismo de excitación sexual, precisan además del aspecto psicológico, algo que se demuestra con las mujeres que tienen un bajo nivel hormonal (normalmente debido a trastornos como la exportación de ovarios, menopausia, etc.) y que a pesar de ello, mantienen intacto su apetito sexual.

Estudios recientes demuestran que las mujeres que tienen una estabilidad emocional unida a buen estado de salud disfrutan de relaciones sexuales sanas y placenteras con independencia de su nivel hormonal. Por otra parte, también se ha demostrado que problemas de pareja, problemas emocionales, trastornos del ánimo sí influyen de forma muy negativa en la capacidad de relacionarse sexualmente.


Factores en el Deseo Sexual Femenino



Pese a que las farmacéuticas han desarrollado últimamente todo tipo de cremas, parches, pastillas, etc., todo ello encaminado a revolver los problemas en el deseo sexual femenino, la mejor estrategia se demuestra que está en analizar cada caso.

Recuperar el Periné.

En caso de problemas musculares en el periné, la solución para aumentar el nivel de excitación y facilitar la consecución del orgasmo (aunque esto deberíamos relativizarlo), radica en ejercitar la zona. Este ejercicio se debe realizar diariamente y consiste principalmente en contraer y relajar la zona. (Para las que tengamos problemas en localizarlo, podemos aprenderla al intentar retener la orina y observar qué zona contraemos).

Practicar Deporte.

La práctica regular del deporte mejora el deseo sexual desde varios frentes: además de aumentar la autoestima (ayuda a sentirnos mejor con nosotras mismas) y la sensación de bienestar, el deporte practicado de manera regular activa la zona de irrigación sanguínea en la zona genital y fortalece la musculatura. A lo anterior debemos unir que, según se calcula, la práctica de ejercicio moderado de a 20 minutos diarios, aumenta de forma muy considerable el nivel de testosterona.

Reducción trastornos del ánimo.

Los trastornos del ánimo (estrés, depresión, ansiedad), aun en un nivel que no se considera clínico afectan de manera muy negativa a la libido en general y a la femenina en particular. Cuando los problemas del día a día y nuestras circunstancias nos afectan el estado de ánimo, debemos recurrir a las técnicas que nos permitan recuperar nuestro equilibrio emocional, técnicas que irán desde aprender a relajarnos de manera voluntaria al replanteamiento y organización de la rutina diaria (encontrando – que no buscando – los momentos para nosotras).

Sequedad Vaginal.

Deseo Sexual Femenino 02
Con la llegada de la meopausia este es un problema muy frecuente que tiene implicaciones directas en la dificultad en mantener relaciones sexuales, problemas que pueden desembocar en alteraciones del deseo sexual. En este problema, la solución más rápida y efectiva será recurrir a las cremas lubricantes intimas, un aporte externo que resolverá los dos problemas a la misma vez.

Dieta.

No estamos hablando de ponernos a dieta, no es ahora el momento ni el lugar de hablar de los problemas de sobrepeso sino de cómo nuestra alimentación puede afectar directamente en nuestra capacidad sexual. En este caso deberemos reducir el consumo de todos aquellos alimentos que dificultan nuestra circulación sanguínea (en especial las grasas saturadas) y cambiarlas por aquellas que la activan (principalmente frutas y verduras).


Recordemos que en la sexualidad femenina el proceso mental es incluso más importante que en el caso de los hombres. Si hemos observado que nuestro deseo sexual femenino se ha reducido, deberíamos comenzar por intentar organizar nuestra vida con el objeto de reestablecer nuestro equilibrio emocional.



Pareja e Impotencia

Hablar de impotencia psicológica es hablar de una disfunción eréctil debida a problemas de la mente. En este artículo tratamos cuando el problema es interno a la pareja.


La impotencia es un trastorno que imposibilita el mantener relaciones sexuales satisfactorias por problemas en la erección, problemas que van desde que la erección no se produzca hasta que sí lo haga pero no tenga la fuerza o dure lo suficiente para poder consumar la relación. La impotencia, puede deberse a traumatismos y a una gran cantidad de problemas físicos, entre los que incluiremos el consumo de drogas (legales o no tanto).

Pareja e Impotencia 01
Un caso especial (y que es el objeto de esta bitácora) es cuando esta impotencia no responde a ningún problema físico y lo hace aun problema psicológico. Son varias las neurosis que pueden ser las responsables de nuestra impotencia: depresión, estrés, ansiedad, problemas en el trabajo, problemas familiares, etc. En este artículo vamos a tratar de una circunstancia muy concreta que puede ser la responsable de nuestra disfunción eréctil: cuando el problema está en la propia pareja. Hablamos de cuando los problemas de inseguridad, los problemas de pérdida de intimidad, los problemas de aburrimiento, la pérdida de interés, etc. dentro de la pareja son el desencadenante principal de nuestro trastorno.

La buena noticia es que, cuando estamos en esta situación, las posibilidades de curar la impotencia son muy altas.

El primer problema con el que deberemos enfrentarnos es con le problema de la aceptación. La impotencia psicológica es un trastorno estigmantizante, es un trastorno mal visto socialmente, un trastorno que socialmente pone en tela de juicio nuestra hombría, nuestra “varonilidad”, es como si pensáramos que el hombre impotente no es tal, que la hombría depende del funcionamiento de una parte de nuestro cuerpo. Deberemos aprender a superar este primer escollo: de la misma manera que tu hombría no va a depender de si tienes o no un dedo, no lo va ha hacer de cómo funcione tu pito. La impotencia psicológica no define tu hombría. La hombría se va a demostrar en la entereza, la decisión y el compromiso que muestres en superar este y otros problemas de la pareja porque – aunque parece olvidarse – la impotencia es un problema que padece uno de los miembros de la pareja, pero que afecta a la pareja en su conjunto.

Aceptado el problema, llega el momento de analizarlo, buscar la solución al mismo y aplicarla. En este punto, cuando tenemos impotencia psicológica tenemos una ventaja que no siempre se da en otros tipos de impotencia: la cura de la impotencia psicológica no necesita de procesos de cirugía o el consumo (o dejar de consumir) productos químicos. El proceso de cura la de impotencia psicológica va a requerir trabajar la mente.

Habitualmente esta re-programación de nuestra mente, este proceso de apertura de la mente a nuevas ideas y de liberarla de aquellos condicionantes que nos han abocado a la impotencia se va a realizar por dos vías distintas:

  • Por una parte tenemos el trabajo que se realiza en la pareja en su conjunto, con técnicas que van a enseñarnos cómo podemos renovar aquella intimidad y recuperar la excitación sexual.
    La pareja está expuesta al mundo exterior, un mundo hostil que puede repercutir en su interior, afectando a uno de los miembros o a los dos haciendo que se pierda la intimidad y el interés y esto desemboca en una espiral de distanciamiento que causa la impotencia. En este tipo de trabajo, mediante charlas, actividades, ejercicios en pareja y cada miembro individualmente, vamos a aprender a recuperar la ilusión y el interés de nuestros inicios, vamos a recordar qué nos unió, aprender a volver a dar a la pareja la importancia que se merece y cómo podemos establecer barreras para proteger aquello que en realidad tiene importancia.

  • Por otra parte tenemos un conjunto de técnicas que van a estar enfocadas a que desarrollemos una nueva relación con nosotros mismos.
    Esta vía suele generar confusión, por protección propia, la mayoría de las personas tendemos a pensar que actuamos de la manera correcta y el problema radica en los demás. En estas técnicas vamos a trabajar cuánto hay de cierto en la creencia anterior, hasta qué punto estamos actuando de manera coherente con lo que realmente pensamos. Se va a trabajar qué expectativas tenemos de nosotros mismos y de la pareja.
    Unas técnicas con las que vamos a profundizar en nuestro autoconocimiento, un aprendizaje que va a repercutir de manera muy favorable, no sólo en la superación de nuestro problema de impotencia psicológica, sino también en nuestra personalidad en general.



Impotencia Psicológica Dentro de la Pareja



Este artículo sobre la impotencia psicológica y su relación con la pareja, no está orientado a cómo nuestra disfunción eréctil afecta a la pareja sino a cómo puede ser la relación de pareja la causante de nuestro problema. Las técnicas descritas anteriormente deben y serán tratadas de manera más detallada y profunda en próximos artículos pero, por el momento, sí hay determinadas valoraciones que podemos ir avanzando y que nos serán de gran utilidad a la hora de acotar el problema que nos atañe:


Expectativas:

Tenemos tendencia a idealizar, cuando comenzamos la relación creamos un mundo imaginario y un desempeño de la relación que probablemente no se concrete en la realidad. La realidad tiende a imponerse, alterando nuestra imaginación y moldeando nuestro presente y el de nuestra relación. Es importante en este punto hacer una reflexión profunda sobre tú realidad actual y la de tu relación y sobre qué rumbo quieres que tomen ambas realidades.


Comunicación:

Que una pareja es de dos, es fácil de asimilar pues así nos lo enseñaron. Ahora cuando hablamos de una pareja de personas, lo que significa que es de dos es que ambos miembros son partícipes y responsables de su desempeño.

Pareja e Impotencia 02
Aunque algunas parejas pretendan que la comunicación fluya sin necesidad de palabras, la realidad puede estar afectando a esta vía de comunicación y dificultándola mucho. Es importante retomar la comunicación por las vías habituales, es importante buscar el momento, el lugar y el tiempo para dedicárselo a una parte tan importante de la pareja como es la comunicación. Debemos comunicar qué nos está afectando, cómo pensamos que podemos mejorarlo, aprender qué está afectando al otro miembro y qué piensa que se puede hacer. Debemos indagar sobre las inquietudes y expectativas de cada miembro y, de esa manera, plantear una estrategia común para afrontar la realidad diaria.

Una comunicación sin discusión buscando cómo superar la impotencia de las que, además, saldremos reforzados al saber que contamos con el apoyo y la comprensión de nuestra pareja.


Estilo de Vida.

En una ocasión un médico hacía esta reflexión sobre las necesidades que nos imponemos: ¿para qué trabajamos día y noche, horas y horas extra e invertimos todo este esfuerzo en adquirir una segunda vivienda en otro lugar, cuando luego no tenemos ni el tiempo ni las ganas de disfrutarlo? ¿No sería más productivo invertir menos horas y ganar lo justo para hacer aquello con lo que realmente disfrutamos?.

De esta reflexión surgen muchas más consecuencias que lo meramente material. Nosotros nacemos con un cuerpo, este cuerpo es la carcasa con la que vamos a tener que desenvolvernos toda la vida. Una carcasa, un coche que sistemáticamente descuidamos y maltratamos: grandes ingestas de grasas que obstruyen nuestras venas, nos generan sobrepeso y destrozan nuestra imagen; tabaco, alcohol y otras sustancias, que nos aportan un placer momentáneo y cuyas consecuencias quedan grabadas en el cuerpo para siempre, trabajo duro y constante pensando en un mañana que quizás no llegue y descuidando el presente, etc.

Debemos reflexionar sobre lo que realmente estamos haciendo con nuestro estilo de vía, qué cambios van a proporcionarnos una mayor calidad de vida y cuales no nos resultan productivos en nuestro objetivo de tener una vida plena y sí nos impiden llegar a él. Y, lo más importante, ponerlos en práctica.



La pareja puede ser origen o no de nuestra impotencia pero, de manera irremediable es la diana en la que se sufren sus consecuencias. En el caso en que nuestra impotencia psicológica responda a problemas en el seno de la pareja, es precisamente ahí donde vamos a encontrar la respuesta a cómo superarla. Nosotros y nuestra pareja, causa y cura de la impotencia psicológica. La buena noticia es que nuestro aliado es precisamente aquella persona con la que queremos estar y contar en los momentos difíciles.





Impotencia Psicologica: Ansiedad

La impotencia psicológica puede responder a distintos trastornos. En este artículo tratamos la impotencia psicológica por Ansiedad.


Dentro de los distintos trastornos conocidos genéricamente como neurosis, uno que suele referirse de manera incorrecta es el de Ansiedad. La ansiedad es un sistema de defensa alojado en lo más primitivo de nuestro cerebro (la amígdala).

Impotencia Psicologica Ansiedad
La Ansiedad es el mecanismo automático que activa nuestras defensas cuando percibe que estamos en peligro. Es un sistema por tanto preventivo y el que permitió que el hombre primitivo superara los peligros de los primeros tiempos de su historia cuando apenas disponía de recursos para enfrentarse a los peligros de la naturaleza.

La Ansiedad como sistema está presente en todos los seres humanos y, como decíamos, es un sistema beneficioso, pues nos prepara previniendo el peligro y preparándonos para superarlo con más garantías.

Cuando decimos que una persona padece de ansiedad en realidad lo que estamos intentando expresar es que padece de “trastorno de ansiedad”, esto es: su sistema ansiedad no funciona correctamente y está informando de peligros que no existen o no es capaz de determinar cuando el peligro a pasado y, por tanto, no se desactiva nunca o la respuesta que está provocando en nuestro cuerpo es desproporcionada para el peligro real.

El trastorno de ansiedad suele ir acompañado, además de los trastornos de inquietud, nerviosismo, trastornos del sueño, etc. que parecen considerarse “normales” (pues se asocian a problemas de la mente), de gran cantidad de síntomas físicos muy diversos y que resultan más difíciles de asimilar que respondan a este trastorno. Síntomas como dolores cervicales, mareos, vómitos, diarrea, sensaciones de irrealidad, sensaciones de ahogo, sensaciones de arritmias y fallos cardiacos, etc.

En este artículo vamos a tratar de la relación que existen entre la impotencia (la disfunción eréctil) y la ansiedad.

Hablar de impotencia psicológica es hablar de un trastorno en nuestro sistema de erección, una alteración que hace que no podamos tener una erección o que, cuando la tengamos, esta no tenga la fuerza o se mantenga el tiempo necesario para completar una relación satisfactoria.

El órgano principal que interviene en la erección es el cerebro. El cerebro es el primer y principal involucrado en la estimulación, es el auténtico afrodisiaco. Cuando tenemos ansiedad este es también el primer involucrado y, con ello, tenemos una pescadilla que se muerde la cola. Simplificando:

  • Cuando tenemos ansiedad nuestro cerebro no reacciona correctamente, está constantemente en alerta informándonos de peligros que no existen pero que percibe y nos hace sentir como reales. La ansiedad nos provoca problemas físicos, de origen psicológico es cierto, pero en sí reales: muy reales. Con este coctel, con un cerebro que no es capaz de centrarse y con un cuerpo dolorido, tenemos todos los ingredientes anti-libido y, por tanto no es de extrañar que se produzca la impotencia psicológica.

  • Al tener impotencia no podemos mantener relaciones y esto, a su vez, trae dos consecuencias principales: La primera es que en esta relación nuestro cuerpo produciría gran cantidad de sustancias “del bien estar” que nos ayudarían a sobrellevar, incluso curar nuestra ansiedad. Sustancias pues que no producimos. La segunda tiene que ver con el hecho de que la impotencia va a generarnos sentimientos de inseguridad, sentimientos de que ya no somos capaces de estar con nuestra pareja, sentimientos desagradables que van a hacer que temamos el tener (y no volver a tener) relaciones y que van a disparar aún más nuestros niveles de ansiedad.


Esta bitácora no surge con la única intención de describir el problema sino que pretende ofrecer soluciones a la impotencia psicológica y, por tanto, te mostramos


Recursos para superar la impotencia psicológica por Ansiedad

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Ante la impotencia psicológica producida por ansiedad, deberemos utilizar aquellos recursos que nos permitan aprender a manejar la ansiedad hasta niveles tolerables, hasta niveles en los que podamos reemprender nuestra actividad sexual algo que, como ya hemos visto, no sólo nos va a permitir superar nuestra impotencia psicológica sino que va a dotarnos de un arma muy valiosa en nuestra tarea de superar el trastorno de ansiedad.



Relajación.

Existen multitud de métodos para relajarnos. Dependiendo del tipo de persona que seas, encontrarás más o menos beneficios en ellos y mayor o menor dificultad en ponerlos en práctica. Probablemente el más simple sea aquel que consiste en centrar nuestro cerebro en aquello opuesto a lo que normalmente realiza: si eres una persona que tiene un trabajo intelectual, deberás buscar actividades manuales para centrar tu mente, de manera análoga, si tu actividad diaria es fundamentalmente física, deberemos buscar actividades más “intelectuales”.

Otros métodos de relajación incluyen técnicas de respiración, yoga, mindfulness, etc. Si estos métodos te parecen esotéricos, siempre puedes recurrir a la relajación muscular progresiva un sistema físico y pautado para conseguir relajarte.

Un problema frecuente en la gente de padecemos de ansiedad es que queremos soluciones rápidas. La relajación, la capacidad de relajarse a voluntad (como casi todo en esta vida) es algo con lo que pocos nacen. Aprender cómo relajarnos es algo que llevará un tiempo y el hacerlo con una relativa soltura un poco más de práctica, pero es algo que podemos conseguir y va a sernos muy beneficioso.


Visualización.

De igual manera que los actuales entrenadores de los equipos deportivos, preparan en partido y motivan a sus jugadores mostrándoles las mejores jugadas, los momentos más emotivos, los logros, etc., nosotros podemos utilizar la visualización para manejar nuestra ansiedad ante el acto sexual y tratar así nuestra impotencia.

En un lugar tranquilo y sin interrupciones deberemos imaginar qué y cómo va a desarrollarse nuestro próximo encuentro. Debemos imaginar cada detalle intentando no olvidar ninguno, desde los prolegómenos, el desempeño, el encuentro en sí y los momentos posteriores.

En esta recreación imaginativa no debemos introducir nuestros miedos, (no queremos profundicar en nuestra nuestra disfunción eréctil sino resolver nuestro problema de impotencia), debemos imaginarnos con todo nuestro cuerpo y nuestro ser involucrado en aquello que estamos haciendo, resolviendo la situación de manera satisfactoria para nosotros y nuestra pareja.

Si vemos que nos atenazan nuestros miedos probaremos a cambiar el enfoque de la cámara: si estamos imaginando la situación como si viéramos una película, cambiaremos y trataremos de imaginarnos la situación como si la cámara estuviera en nuestros ojos. Si estábamos imaginando como si viéramos directamente, cambiaremos la perspectiva a verla desde fuera, como un observador. Modificaremos el punto de vista hasta encontrar aquel con el que nos sintamos más cómodos.

Complicidad.

Un problema frecuente en la impotencia psicológica es el temor que nos produce por el reparo educacional que todos hemos recibido. Debemos entender que la impotencia es un problema que sufre uno de los miembros de la pareja pero que afecta a los dos y, por tanto, requiere de los dos para ser superado.

Debemos hablar con nuestra pareja, buscar su apoyo y complicidad en la búsqueda de la solución. Contar con nuestra pareja, con que ella sea conocedora del problema, con que ella está con nosotros en este proyecto (sin que con ello vaya a protegernos o disculparnos falsamente). Este es un eje que nos va a permitir afrontar el problema con nuevas perspectivas.


Ejercicio Físico.

La práctica regular del ejercicio físico nos va a proporcionar muchos beneficios. Al hablar de esta práctica no estamos refiriéndonos a que nos apuntemos a un gimnasio y pasemos de la noche a la mañana a convertirnos en atletas, podemos practicar ejercicios sencillos y muy económicos – recordemos nuestro artículo sobre los beneficios de caminar en la impotencia psicológica

La práctica del ejercicio físico va, además, a sernos de gran ayuda en nuestro empeño por conseguir manejar la ansiedad.

En resumen: la inclusión del ejercicio físico en nuestra rutina, va a beneficiar nuestro estado de salud general pero va a sernos de gran utilidad para superar los trastornos de ansiedad y de impotencia (psicológica).



Sabemos que estas técnicas, estos recursos para superar la impotencia psicológica por ansiedad, pueden resultar poco convincentes para determinadas personas, pero podemos asegurar que funcionan y son una base muy sólida sobre la que construir nuestra recuperación.



Curar la impotencia en tres semanas

Impotente, eso somos: impotentes. Tenemos problemas de erección nosotros, sí, pero afecta a la pareja. En este artículo analizamos cómo resolverlo.


Cuando nos damos cuenta de que nuestro antaño gran amigo “sandokan” se ha tomado unas vacaciones y, aparentemente, no tiene intención de volver en breve, tenemos una sensación de vacío, una percepción de que alguien nos está traicionando.

Curar la impotencia en tres semanas
Primero pensamos que será algo pasajero, un gatillazo fruto del infortunio, la edad o esas copas de más. Cuando la situación comienza a hacerse rutinaria, repetimos el gatillazo o notamos que nuestra erección o no viene, o no tiene la fuerza de antes o no se mantiene el tiempo necesario para permitirnos que la relación sea satisfactoria, en ese momento somos conscientes de que somos impotentes.

La temida disfunción eréctil nos ha atrapado. Empezamos a dudar, toda la cultura que nos rodea ahora nos es hostil: no somos hombres, no podemos responder ante nuestra pareja, hemos perdido la virilidad, etc.

Superado este primer momento de crisis (para lo cual esperemos que te hayan sido de utilidad nuestros artículos anteriores), una vez hemos comprendido que sí tenemos un problema de impotencia pero no por ello somos menos “machos” que antes, es el momento de afrontar la realidad y superar el problema de la impotencia.

En este artículo te hemos dicho que te vamos a “desvelar” un sistema y, fieles a nuestra palabra, vamos a explicarte en qué consiste.

Antes debes responder a estas tres preguntas:
  • ¿Tienes pareja?
  • Tu pareja y tú ¿vivís juntos o tenéis posibilidades de mantener relaciones con continuidad?
  • Tu pareja ¿Entiende que es un problema de pareja?

Para poder aplicar esta “solución”, este tratamiento de tres semanas, para curar la impotencia, la respuesta a las tres preguntas anteriores debe ser sí. Necesitas tener pareja por que, como verás, es pieza clave en el tratamiento. Necesitas tener la oportunidad de mantener relaciones porque vas a tener que practicar mucho. Y, lo más importante, necesitas que la pareja te apoye.

En la resolución de la impotencia psicológica, cuando tratamos de personas que tienen pareja, es importantísimo que esta comprenda que la impotencia no es algo que afecte a tu capacidad como hombre y, por tanto, que el impotente no se sienta atacado y pueda confiar en su pareja para juntos resolver el problema. Es importante que la pareja comprenda que es un problema que tiene uno de los miembros pero que afecta a la pareja en sí (en otro momento puede ser el otro miembro el afectado). Es importante que entienda todo esto pues debe participar de manera activa en la solución que proponemos.



Ahora, sin más preámbulos, veamos en qué consiste esta


Cura de la impotencia en tres semanas.



Como comentábamos este tratamiento va a implicar que ambos miembros de la pareja estén de acuerdo y dispuestos a trabajar juntos en la resolución del problema. Necesitamos el compromiso de que van a realizar estos “ejercicios” por lo menos cuatro veces a la semana.

Primera semana:

En la primera semana de nuestro “tratamiento” vamos a tener que hacer algo que puede resultar difícil (o no): En la primera semana NO mantendremos ningún tipo de relación sexual con nuestra pareja. Se puede ser afectivo, educado, conversar, etc. pero nos abstendremos de cualquier tipo de contacto: no caricias, no besos y, mucho menos, lo que estáis pensando.

Segunda semana:

Por lo menos en cuatro ocasiones, en cuatro días distintos, ambos miembros de la pareja estaremos desnudos. Por turnos, primero uno y luego otro, nos tumbaremos y recibiremos las caricias de nuestra pareja por lo menos durante 20 minutos. En estas caricias, el que acaricia se abstendrá de acariciar las zonas genitales (regla que no puede saltarse) y se centrará en percibir las respuestas del acariciado. El acariciado se centrará en sentir y hacer percibibles sus sensaciones (que el otro note cómo nos está afectando),

Tercera semana:

Hemos llegado a la última semana de nuestro plan de cura de la impotencia. En esta semana volveremos a estar desnudos durante por lo menos cuatro días, en esas cuatro (o más ocasiones) volveremos a alternar el tratamiento, en estos encuentros volveremos a tener que acariciar a nuestra pareja y dejar que nos acaricie, podremos eso sí, acariciar las zonas genitales pero teniendo presente que no se busca en ningún momento el que nuestra pareja llegue al orgasmo, sólo buscamos darle placer y aprender qué y cómo le excita, así como mostrar a nuestra pareja qué y cómo nos excita de lo que hace.



Hemos acabado el tratamiento. No debemos esperar nada en concreto, no debemos suponer que ahora nuestras fuerzas estarán como cuando teníamos muchos años menos. No tenemos que exigir nada. Simplemente debemos retomar nuestra relación sin forzar, dejando que sean nuestros instintos quienes nos guíen en cuando y cómo mantener una relación con la pareja y hacerlo sin buscar nada más allå que el sentir y hacernos sentir.

Recordar: el orgasmo no es la meta última, sino el dar y recibir satisfacción a nuestra pareja.


Puede que tres semanas te parezcan mucho tiempo, pero en realidad no son nada si superas el problema y dejas de considerarte impotente. Puede que pienses que este sistema no es útil o que con tu impotencia psicológica no va a funcionar, en ese caso permítenos una consideración: no te va a suponer ningún costo económico y, como máximo, te arriesgas a aprender qué y cómo darle placer a tu pareja sin necesidad de utilizar a “sandokan”.




El Mejor Afrodisiaco Natural

Un afrodisíaco es una sustancia que aumenta el deseo sexual. Una herramienta muy útil para quienes tenemos impotencia, en especial impotencia psicológica.


Cuando sufres de impotencia, buscas alguna manera de superarla y, lo normal, es buscar qué hacer o qué consumir para vencerla. En este punto entran en juego los llamados afrodisíacos, sustancias a las que se atribuye la cualidad de aumentar el deseo sexual, el rendimiento e incluso el disfrute en la relación.

Conocedores de la necesidad, es fácil encontrar preparados, de venta en las tiendas especializadas, que defienden ser totalmente “naturales” y que garantizan ser los mejores afrodisíacos del mundo. Pequeños secretos almacenados en pequeños frascos que incluyen en su interior el gran secreto desvelado para aumentar nuestra lívido, nuestra potencia y nuestro rendimiento a niveles inimaginables. Pequeños milagros “de gran valor” que nos permitirán superar nuestra impotencia en un instante.

En este artículo no vamos a dar fomentar ninguno de estos productos. Vamos a tratar de los afrodisíacos completamente naturales (fácil de comprobar, no como los que vienen en frascos), aquellos que podremos obtener sin mayor problema, sin necesidad de recurrir a ninguna tienda especializada, aquellos que han sido utilizados y probados para la imponencia durante años, aquellos que – según nuestro criterio – son


Los 5 Mejores Afrodisíacos Naturales
para la impotencia



Antes de estos afrodisíacos, es importante recordar lo que no debemos hacer ni comer antes de tener una relación:
  • Evitaremos las comidas copiosas (mucha cantidad)
  • No comer alimentos difíciles de digerir (col, coliflor, lentejas, garbanzos, etc.).
  • Los afrodisíacos son alimentos fáciles de digerir.



Espagueti con salsa de tomate.

¿Sorprendido?

Espagueti con salsa de tomate - impotenciapsicologicacura
El espagueti es fácil de digerir y el tomate ha sido considerado durante siglos el viagra vegetariano. Para que la comida resulte ligera es conveniente que no vaya acompañada de carne.

El espagueti nos aporta la energía del carbohidrato. La salsa de tomate es buena para la próstata. El tomate en sí es un excelente vigorizante.

Por supuesto en la relación es deseable el juego y la complicidad, esta comida es ideal para el juego de poner la punta de un espagueti en la boca de uno de los miembros de la pareja y la otra punta en la boca del otro y, mientras ambos comen, llegarse a besar.




El plátano o la banana

Platano - impotenciapsicologicacura
Según Sigmund Freud, el plátano, la banana o los espárragos son afrodisiacos visuales, es su forma la que estimula nuestros sentidos.

El plátano y la banana unen a esta faceta el incluir componentes que mejoran el humor e incrementan la autoestima. El potasio aumenta la energía y la producción de la hormona sexual.

El juego de pareja aumenta la efectividad de este alimento, dando cada miembro de la pareja de comer al otro y simulando …



Fresas con nata

Fresas con Nata - impotenciapsicologicacura
Rojas, pequeñas, las fresas son la fruta de la pasión. Son ideales para compartir en la cama mientras la temperatura comienza a elevarse.

Son ricas en vitamina C, favorecen la producción de las hormonas sexuales, benefician los neurotransmires.

En el juego erótico se pueden distribuir por el cuerpo de nuestra pareja y comerlas y lamerlas lentamente.





Vino tinto - impotenciapsicologicacura
Vino Tinto

Que el vino es ”desinhibidor” creemos que es conocido por todos, pero no es este el principal beneficio que deseamos.

En el caso del vino, este es rico en vasodilatarores que hace que llegue más sangre a la zona genital tanto del hombre como la de la mujer.

Con este afrodisíaco es importante no excederse pues sería “contraproducente”.




Chocolate

Chocolate - impotenciapsicologicacura
Conocido como el manjar supremo.

La semillas de cacao tienen muchas sustancias que combaten la fatiga, favorecen la ventilación pulmonar, favorecen una mejor circulación sanguínea, son una fuente de endorfinas, renuevan el rendimiento sexual, etc.

En versión sirope puede untarse en el cuerpo de nuestra pareja y dejar volar la creatividad.

Importante: para que el afrodisíaco funcione, este debe comerse lento, en bocados pequeños, en complicidad y a ser posible rodeado de un ambiente distendido y con humor.




Conocidos estos cinco afrodisíacos es momento de probarlos y comprobar con cuál obtenemos mejores resultados, cuál es el que mejor se adapta a nuestras preferencias y – simplemente – utilizarlos para aumentar nuestra autoestima y vencer con ello nuestra impotencia psicológica.




Curar la Impotencia con los sentidos

La impotencia, la impotencia psicológica en especial es un problema que tiene solución. El problema es que intentamos hacerlo sin orientación y cada vez se agudiza más.


Decidir crear este blog (impotencia psicológica cura) no se debió a que nosotros fuésemos unos especialistas en la materia que tenían nuevas y revolucionarias maneras de solucionar el problema, fue – simplemente – porque nuestra experiencia, nuestra desagradable experiencia con el problema de la impotencia y la búsqueda de soluciones, nos obligaba a compartir aquello que vivimos y cómo conseguimos solucionarlo.

Curar la impotencia con los sentidos
Cuando padeces de impotencia, en especial cuando se trata de una impotencia psicológica, lo normal es que trates de resolver el problema por tu cuenta. Nosotros lo hemos hecho. Sí, la sociedad ha evolucionado mucho. Sí, cada vez hay menos tabús en la gente. Sí, cada vez tenemos más y mejores medios a nuestro alcance. Sí,…, pero la realidad es que no. Nuestra sexualidad, posiblemente por falta de confianza en nosotros mismos, es algo que no solemos compartir, es como si pusiéramos en duda nuestra hombría por tener problemas de erección.

No compartimos, no buscamos ayuda, no nos apoyamos en nuestra pareja y nos obsesionamos con cumplir con ella, recurriendo a trucos mentales más o menos sofisticados: buscamos métodos de excitación adicionales, recurrimos a pócimas alimentarias, intentamos retrasar el encuentro para reunir las fuerzas, etc. Te suena ¿verdad?, probablemente sí, todos lo hicimos.

En este artículo vamos a tratar de dar un nuevo enfoque al problema, un enfoque en el que descubrirás qué estás haciendo de manera incorrecta y como revertirlo simplemente aprendiendo,


Como curar la impotencia a través de los sentidos.



El principal problema que tenemos todos los hombres es que nadie nos ha enseñado qué es la sexualidad y cómo debemos hacer para disfrutar de la misma.

De las denominadas películas eróticas, de las conversaciones entre los “machotes”, normalmente hemos entendido que la relación sexual se basa en un mero encuentro en el que interviene única y exclusivamente el tacto.

Cuando tenemos problemas de impotencia tenemos que revivir aquello que nos apasiona, tenemos que redescubrir la sexualidad para poder disfrutar nuevamente de ella en toda su fuerza. Cierto es que el sentido del taco, el roce de la piel contra otra piel, tiene un gran poder erótico pero no es el único. Debemos descubrir este nuevo mudo de sensaciones para poder estimular nuevamente nuestro sistema de excitación sexual y curar nuestra disfunción eréctil.


Vista.

En cierta ocasión emitieron un programa de televisión en el que las “animadoras” del ejército explicaban sus técnicas para elevar el “ánimo” de las tropas en la segunda guerra mundial. Lo sorprendente de aquel programa fue comprobar cómo en la guerra de corea, los militares no conseguían la misma excitación aunque las mujeres que nos animaban pasaban directamente al desnudo. La respuesta era muy clara, la cuestión no está en cuanto se enseñe, sino en mostrar a la vista lo necesario, la cuestión radica en el cómo y en el cuándo. La cuestión está en percibir con la vista lo necesario para que nuestro cerebro haga el resto.

Al hablar de la vista no hablamos de tener las luces encendidas o apagadas, no es algo en lo que debamos decidirnos, existe un mundo de posibilidades: luces tenues, difusas, velas, luces coloreadas, luces dirigidas, etc.

Debemos aprender a mimar nuestro sentido de la vista, agradarlo con una decoración, una ambientación, unas ropas, etc. No dudemos en invitar a participar en el juego a nuestra pareja.


Oído.

Cómo decíamos antes, nuestra fuente de información principal: el cine erótico, es uno de nuestros grandes enemigos.

Sin restar importancia a aquellos sonidos que pueda realizar nuestra pareja o nosotros mismos durante la relación (suspiros, gemidos, gritos pueden resultar muy excitantes), tendemos a olvidar y deberemos volver a descubrir la importancia del susurro, la importancia de las palabras susurradas a nuestra pareja en momentos de complicidad.

Aprendamos cómo utilizar el sonido, cómo apoyarnos en una música agradable para ambientar la estancia, cómo de erótica puede ser la palabra: un relato breve y de alto voltaje contado susurrando en la intimidad.


Olfato.

El olfato es uno de nuestros sentidos más potentes a la hora de hablar de la relación sexual. El aroma del placer, el olor corporal de nuestra pareja excitada es un gran afrodisiaco.

Para resolver nuestro problema de impotencia debemos aprender a utilizar toda esa fuerza en nuestro provecho. Aprendamos cómo podemos ambientar la habitación (la bergamota es, según se cuenta, el prozac natural de la aromaterapia), pero no nos quedemos ahí.

Perfumemos nuestro cuerpo para resultar más atractivos (el olor a limpio suele resultar muy excitante), aprovechemos los aceites esenciales y sus fragancias para unir el tacto con un masaje sensual, el olfato con su fragancia y la vista con el movimiento sinuoso de las manos recorriendo un cuerpo desnudo que se excita bajo ellas. Debemos aprender que no es sólo el tacto el sentido que nos informa y nos excita, aprendamos a superar nuestra impotencia redescubriendo nuestros sentidos y, en el caso del olfato: ¿qué tal un baño compartido?.


Gusto.

Desde antiguo se han buscado los denominados afrodisiacos naturales, aquellos alimentos que nos van a aumentar la libido y la resistencia en la cama. Ahora no estamos refiriéndonos a este tipo de cosas sino a descubrir como el sentido del gusto puede ayudarnos en nuestro problema de dificultad de excitación.

Fresas, chocolate, aceites masaje comestibles, etc. Existen muchas posibilidades, la idea está en redescubrir el sabor de no nuevo y sorprendente, en sentir nuevas experiencias también a partir del sentido del gusto.-



Tenemos impotencia y queremos superarla. Padecemos de disfunción eréctil y queremos que se cure a toda costa. Nos empeñamos en superarla forzando la maquinaria y las situaciones o por el contrario, nos avergonzamos y reunimos a nuestra sexualidad. La respuesta no está en ninguna de las dos opciones, la cura de la impotencia (en especial la impotencia psicológica) está en recuperar nuestra confianza y nuestra libido y, para ello, debemos redescubrir qué nos pueden aportar nuestros sentidos.



Impotencia Psicologica Cura Caminando

Veamos como un ejercicio tan simple como caminar es muy útil en el tratamiento y cura de la disfunción eréctil, en especial de la impotencia psicológica.


Impotencia Psicologica Cura Caminando 01
La disfunción eréctil o impotencia es una alteración de nuestro organismo que provoca el que no seamos capaces de tener una erección o tenerla lo suficientemente fuerte y por un periodo de tiempo que nos permita mantener una relación sexual completa y satisfactoria.

Esta alteración puede deberse tanto a traumatismos (lesiones), como a problemas físicos, como a problemas psicológicos.

Existe una práctica que todos realizamos desde nuestra más tierna infancia que resulta especialmente útil en el tratamiento y cura de la impotencia, tanto cuando su origen es físico como – especialmente – cuando su origen es psicológico.

Esta práctica es algo tan sencillo como el simple hecho de Caminar. Caminar es un ejercicio que está al alcance de casi todos:
  • No necesita que invirtamos ningún dinero.
  • No es necesario disponer de ningún equipamiento especial.
  • Puede realizarse en cualquier momento sin necesidad de planificación.
  • Es apto para cualquier edad, sexo y estado físico inicial.



Caminar en la Cura de la Impotencia



Hablar de una impotencia de origen físico es hablar de una disfunción eréctil que se produce porque nuestro organismo no está en condiciones. Cuando se asocia la disfunción eréctil a la edad, no se hace porque el hecho de que al ir acumulando años nuestro cuerpo pierda la capacidad de mantener la erección, sino porque tendemos a no cuidar nuestro cuerpo, este se deteriora y este deterioro es el que produce la disfunción. De hecho, si no tenemos esta edad pero sí se ha deteriorado nuestro cuerpo, la impotencia aparecerá de igual manera.

La impotencia de origen físico suele responder a enfermedades y/o medicaciones utilizadas en su tratamiento. En la impotencia tienen especial impacto los trastornos relacionados con la circulación sanguínea y es en este punto donde el caminar puede proporcionarnos grandes beneficios.

  • Caminar es un ejercicio aeróbico, esto es, es un ejercicio que va a mejorar nuestra oxigenación. Una buena oxigenación es indispensable para alimentar correctamente a nuestras células.
  • Caminado mejoraremos nuestro sistema cardiovascular (pondremos en forma a nuestro corazón, la bomba que mueve nuestro sistema circulatorio).
  • Reduciremos los niveles de colesterol. El colesterol malo se pega en las paredes de nuestras venas, como la cal en las tuberías, haciendo que la sección por la que puede circular la sangre sea cada vez más pequeña y produciendo también que las venas pierdan elasticidad. Recientes estudios han demostrado que, a la hora de reducir el colesterol, el ejercicio de caminar es tan efectivo como el de correr; se ha comprobado que el efecto se obtiene por el tiempo invertido y no por la intensidad del ejercicio.
  • Si caminamos 30 minutos diarios, consumimos 1000 calorías semanales. El caminar nos ayuda a controlar el sobrepeso tan perjudicial para nuestra salud.



Todos estos beneficios van a tener un impacto directo y positivo en la cura de la impotencia, sea cual sea su origen. Cuando estamos hablando de la impotencia psicológica, de la disfunción eréctil producida por un problema psicológico, el caminar va a proporcionarnos una serie de beneficios adicionales que lo hacen especialmente interesante:


Generamos endorfinas.

Las endorfinas son una sustancia que funciona como neurotransmisor (la comunicación de las neuronas). En el caso que nos interesa en el presente artículo (la impotencia psicológica y su cura), las endorfinas son la sustancia que va a aumentar nuestro nivel de energía y la sensación de placer, felicidad y bienestar en general.

Generando endorfinas vamos a ser capaces de paliar los niveles de tristeza o depresión, de abatimiento.


Consumimos adrenalina.

La adrenalina es la sustancia que genera nuestro cuerpo ante una situación de peligro real o aparente, es la sustancia que genera para preparar a nuestro cuerpo para poder dar una respuesta rápida y efectiva a este peligro.

Cuando estamos en un estado de alteración psicológica, nuestro cuerpo genera adrenalina ante peligros no reales. Esta adrenalina, a diferencia de cuando el peligro es real y se consume en su respuesta, permanece en nuestro cuerpo produciéndonos un estado de alteración que, además de falso, es muy incómodo y responsable de muchos de los síntomas de los trastornos psíquicos.

Con el simple hecho de caminar vamos a poder consumir esta adrenalina sobrante y, como consecuencia, vamos a reducir nuestro nivel de tensión.


Aumento de la confianza en nosotros mismos.

Probablemente sólo sufres un trastorno psicológico serás capaz de entender este punto. Caminar es un ejercicio sencillo, al alcance de todos con independencia de la edad, el sexo y el estado físico inicial pero, ¿qué ocurre cuando mi problema psicológico me impide incluso salir a pasear?.

Impotencia Psicologica Cura Caminando 02
No tenemos ningún impedimento físico pero, estamos generando una especie de agorafobia, estamos desarrollando un temor a que nuestros síntomas nos ataquen en el momento que dejemos la seguridad de nuestro hogar y, para evitarlo, simplemente no salimos.

En este punto es donde el mero hecho de “obligarnos” a salir y caminar, se convierte en un proceso de autocontrol y de superación. Un proceso en el que vamos a aprender que sí podemos hacer aquello que nos proponemos aumentando la autoconfianza, algo importante en la superación de la discapacidad eréctil, en la cura de la impotencia psicológica.


Relatividad de los problemas.

En los trastornos psicológicos nuestra mente suele estar inmersa en un constante proceso de análisis y preocupación por aquello que nos acontece. Un proceso de saturación mental que dificulta nuestra memoria, nuestra atención, nuestra forma de razonar, etc. Nos bloquea.

El simple ejercicio de caminar nos va a reportar dos beneficios:
  • Al forzarnos a irnos fijando en qué dirección cogemos en la caminata, en qué nos rodea, qué tiempo hace, con quiénes nos cruzamos en el camino, etc. Al centrar nuestra atención en el proceso de caminar estamos realizando una especie de meditación centrando nuestra mente en algo distinto a aquello que nos obsesiona y, por tanto, relajando la mente.
  • Al caminar durante largo tiempo, llega el cansancio, este mismo cansancio es el que nos va a ayudar a relativizar. Cuando estamos cansados, el resto de problemas es como si perdieran la fuerza que tenían, es como si en ese momento fueran importantes pero menos: aprendemos a poner las cosas en su justa medida.

Relativizar problemas, comprender qué es importante y qué no nos va a ayudar a volver a aprender qué es lo importante en la relación, va a liberar nuestra mente y esto va a repercutir directamente en la cura de nuestra impotencia psicológica.



Tanto si sufrimos de una impotencia psicológica como si tenemos una disfunción eréctil debida a otras causas, el simple ejercicio de caminar va a proporcionarnos muchas facilidades en su proceso de cura. Como se ha señalado, estos beneficios van a ser incluso mayores cuando el origen de nuestra impotencia sea psicológico.




Eyaculación Precoz

Eyaculación Precoz un problema que parece imposible que pueda ser padecido a la vez que la impotencia pero, como nosotros sabemos, no es así.


Cuando hablamos de impotencia (psicológica o no), estamos hablando de disfunción eréctil, un problema que padecemos aquellos que no podemos tener y/o mantener la erección el tiempo suficiente para una relación sexual satisfactoria.

Eyaculación Precoz
La Eyaculación Precoz es otro problema del ámbito sexual, un problema con muchas y muy distintas definiciones, la más extendida y aceptada actualmente de las cuales es: Se considera que una persona padece de eyaculación precoz cuando no posee el control suficiente sobre su sistema eyaculatorio, evaluando esta deficiencia de control en que esta en la relación sexual, en el bienestar sexual y emociona de uno o los dos miembros de la pareja.

Una definición algo rimbombante para indicar que padecemos de eyaculación precoz cuando no somos capaces de controlar nuestra eyaculación y esta se produce antes de tiempo produciéndonos insatisfacción a nosotros o a nuestra pareja.

Puesto que para que haya eyaculación debe haber erección, estos problemas no deberían coincidir en una misma persona y al mismo tiempo. Respuesta: la premisa es incorrecta, no es necesario una erección completa, suficiente para una penetración, para eyacular.


Eyaculación Precoz e Impotencia Psicológica



En la mayoría de casos en los que se produce esta coincidencia, la historia viene a ser algo parecido a esto:

Cuando comenzamos nuestras relaciones sexuales, teníamos que sandokan era muy sensible, sólo un roce, una caricia, una insinuación, servía para que se envalentonara y se alzara orgulloso mostrando todo su poder. El problema era que sandokan, inexperto y mal educado tomaba decisiones independientes de nuestra voluntad y eyaculaba de manera desconsiderada sin importarle nuestra opinión ni, mucho menos, la de nuestra pareja.

Avergonzados por su actitud insolente, empezamos a realizar trucos de feriante para contrarrestar su poderío: nos asegurábamos que llegara a la cita descargado, incluíamos ejercicios de dispersión mental para descentrarlo (pensar en otra cosa, contar hasta infinito, imaginarnos cosas desagradables), etc.

Lo sorprendente de la historia fue que sandokan no se tomo a bien nuestros intentos y, un buen día y sin previo aviso, decidió que ya no volvería a jugar. Ya no volvería a levantarse. Ya no participaría en nuestros juegos. Si no podía ser como él quería no habría juego.


Estamos ante uno de los casos más claros de impotencia psicológica, Una impotencia que se ha producido como consecuencia de ser eyaculadores precoces.

Como consecuencia de padecer de eyaculación precoz hemos desarrollado un problema de confianza en nosotros mismos y nuestra capacidad en la relación sexual que inconscientemente nos ha conducido a una disfunción eréctil o impotencia psicológica.

Aunque algunos lo consideren imposible, la realidad es que ambos trastornos pueden coincidir y debemos aprender cómo curarlos.

El proceso de tratamiento para superarlos comenzará por resolver primero el problema de la impotencia psicológica, volver a hacer que nuestro pene vuelva a tener erecciones fuertes como para mantener una relación sexual completa, para posteriormente centrarnos en el problema de la eyaculación precoz, resolver el problema de no saber controlar la eyaculación.

Una ventaja que tiene este tipo de tratamiento es que al resolver la impotencia psicológica avanzamos en nuestro autoconocimiento y autoestima, un aprendizaje que repercute directamente en la cura de la eyaculación precoz.

Antes de plantearnos cualquier tratamiento debemos razonar y asimilar tres conceptos básicos:

  • Hombres y mujeres tenemos ritmos sexuales diferentes. Aunque generalizar no es bueno, normalmente las mujeres tienen un ritmo sexual más lento que los hombres, ellas necesitan mas prolegómenos para llegar al estado de excitación del hombre.

  • En la relación sexual, buscar el “acabar juntos” es en muchos casos una utopía. El mero hecho de centrarnos en conseguirlo hace que perdamos la concentración en lo realmente importante que es disfrutar y hacer disfrutar de la relación. Además, los tiempos del clímax son distintos y aunque comencemos a la vez, difícilmente acabaremos juntos.

  • En la relación sexual, si tu pareja es capaz de hacerte feliz con más partes y más cosas que el coito en sí, también ella es capaz de recibirlo.



Para los ajenos a la materia, puede parecer imposible que impotencia psicológica y eyaculación precoz se aúnen en una misma persona y tiempo. Ahora ya sabemos que no, lamentablemente no pero, por suerte la solución a ambos problemas va unido (al menos en parte).




Impotencia Femenina

Impotencia Femenina: un problema mucho más común de lo que parece que afecta a la calidad de vida de quien la padece y su relación de pareja.

Cuando hablamos de impotencia normalmente nos estamos refiriendo a un trastorno que afecta exclusivamente a los hombres.

La impotencia o disfunción eréctil (ya su nombre lo indica) es la incapacidad mantenida en el tiempo de tener una erección lo suficientemente fuerte y duradera como para mantener una relación sexual satisfactoria.

Impotencia Femenina 01
En este artículo vamos a centrarnos en un problema frecuentemente olvidado: la impotencia femenina. En este caso no estaremos hablando de un problema que afecte a su capacidad para tener y mantener la erección, pero sí en un problema que es del de la incapacidad mantenida en el tiempo de mantener una relación íntima completa.

Aunque normalmente olvidado, la impotencia femenina es un problema que afecta directamente a la pareja. Es un problema que puede aparecer en cualquier momento, cuando se inician las relaciones intimas o, incluso, años después. Es un problema que impide que la mujer tenga relaciones intimas satisfactorias y, por tanto, un problema que repercute directamente en la pareja y puede ser causa o efecto de problemas psicológicos.

Un problema que puede y debe ser tratado.


Impotencia Femenina: Causas



En el caso de las mujeres, la impotencia se manifiesta fundamentalmente en un cambio de hábitos sexuales, un cambio que provoca el que disminuyan e incluso desaparezcan los pensamientos y fantasías sexuales y que desemboca en que se retrasen y se eviten los encuentros íntimos.

Al igual que cuando hablamos de la impotencia masculina tenemos que esta puede estar provocada por problemas físicos, traumáticos o psicológicos, las mismas causas pueden ser las que motiven la disfunción sexual femenina.


Problemas Físicos.

Determinadas enfermedades (cardiopatías, esclerosis múltiple, Parkinson, etc.), intervenciones quirúrgicas, fármacos, etc., pueden estar implicados directamente en la impotencia femenina.

Todos estos problemas pueden afectar al riego sanguíneo y a la sensibilidad de las zonas eróticas de la mujer, llevando directamente a la pérdida de disfrute en la relación.

En este grupo también deberíamos incluir los problemas asociados al cambio en los métodos anticonceptivos, la obesidad, el consumo excesivo de bebidas alcohólicas y drogas, etc.


Dolor asociado al coito

Una causa que ocurre casi exclusivamente en el caso de la impotencia femenina.

En esta clasificación diferenciaremos entre Dispareunia y Vaginismo.

La Dispareunia es el dolor que se produce en el momento del coito, un dolor que puede estar motivado por distintas causas: inflamaciones en la zona pélvica, tumoraciones uterinas, engrosamiento de la pared de la matriz, infecciones, falta de lubricación, etc. Es un dolor real que responde a una causa física y que, dependiendo de su intensidad, nos hará hablar de Dispareunia profunda o leve.

Vaginismo, en este caso no estamos hablando del dolor en le coito sino de las respuestas condicionadas que se producen al anticipar el que se vaya a producir este dolor. Unas respuestas anticipatorias que provocan que la mujer no esté físicamente preparada para la relación.


Trastornos de excitación sexual.

Existen muchos motivos que pueden estar provocando trastornos en la excitación sexual. Cambios en aquello que hace que nos excitemos, cosas que antes nos resultaban excitantes y actualmente no lo hacen.

Este tipo de trastornos de excitación suelen corresponder a problemas en la dinámica d la pareja: la rutina sexual, la monotonía, hastío, algo que hace que ahora nuestra pareja nos produzca rechazo, etc.


Problemas psicológicos.

Entramos en el tema fundamental de esta bitácora: la impotencia psicológica.

Impotencia Femenina 02
En este punto tratamos los conocidos trastornos del ánimo: depresión, estrés y ansiedad. Este tipo de trastornos, su sintomatología (los síntomas con los que se manifiestan) y la medicación que se prescribe para su tratamiento, son causa directa de muchos de los problemas de disfunción sexual, de la impotencia psicológica femenina.

Cuando padecemos de problemas psicológicos, sus síntomas suelen resultar incapacitantes: la caída en el estado de ánimo, la pérdida de autoestima, el cansancio constante, los dolores, los mareos, los vértigos, las palpitaciones, etc. Muchos síntomas y muy distintos pero con la característica común de impedir a la persona que los padece el continuar con su vida normal.

Las medicaciones que se prescriben para tratar este tipo de trastornos pueden tener como efecto colateral la bajada del lívido, incluso su completa pérdida.

Los trastornos del ánimo son los causantes de gran número de casos de impotencia femenina. No podemos olvidar tampoco que la disfunción sexual femenina es un problema que afecta directamente a quien lo padece y a la relación de pareja, por lo que puede –a su vez – ser causa detonante de estos problemas psicológicos.



Aunque normalmente al hablar de impotencia estamos refiriéndonos a un problema sexual masculino, la realidad es que también existe la impotencia femenina. Un problema tan importante como en el caso de los hombres.

Un problema (la impotencia femenina) que puede responder a muchas causas distintas que tienen en común que son causas ajenas a la disfunción sexual. Causas que, para curarlas, deberemos tratar otros aspectos distintos a la sexualidad, pero que son detonantes de un problema que puede traer grandes complicaciones en la salud psicológica de quien la padece y en la relación de pareja.



Pastillas para la ereccion

Queremos resolver nuestra impotencia y, como siempre, queremos encontrar las pastillas para la erección. Analicemos qué hay de verdad en ellas.


En la sociedad en la que estamos, en esta sociedad en la que los médicos y farmacéuticos nos han acostumbrado a que cualquier dolencia puede ser curada recurriendo a los concentrados químicos que llamamos pastillas, hasta no hace mucho no existían las pastillas para la erección.

Pastillas Para La Ereccion 01
Decimos hasta no hace mucho porque actualmente sí existen las ansiadas pastillas para la erección, pastillas para la impotencia. Aquellos que tenemos ya una edad recordamos como no hace mucho se anunció con bombo y platillo la aparición de estas milagrosas pastillas que iban a ayudarnos a superar uno de los problemas más antiguos y estigmatizantes del hombre: la temible impotencia o disfunción eréctil.

Aunque estás pastillas fueron diseñados para determinadas dolencias específicas y sólo pueden ser adquiridas bajo receta, esto es, con el correspondiente dictamen y control médico, en la actualidad muchos son los hombres que recurren a ellas. La existencia de estas pastillas (de color azul) está muy generalizada y son fácilmente adquiribles por vías “alternativas”, evitando los problemas de los sistemas de distribución legales.

El problema de estas pastillas azules (o no), el problema de estas pastillas para la erección, radica en que tienen una gran cantidad de contraindicaciones. Una cantidad muy larga y nada despreciable, una relación que viene detallada en los prospectos, pero que nadie o casi nadie lee (en caso de tenerlos).

La obtención de estos medicamentos es fácil porque, aprovechando la desesperación de quienes tenemos disfunción eréctil o impotencia, es posible obtener grandes beneficios económicos (se obtienen por vías alternativas pero su precio es considerablemente alto) siendo poco escrupulosos y comercializando productos sin el correspondiente control sanitario y omitiendo los graves riesgos en los que ponemos nuestra salud al consumirlos.

La generalización del recurrir a estas pastillas para la erección ha sido tal que incluso se han documentado casos de personas que, sin padecer de disfunción eréctil, las han consumido para mejorar su performance sexual, para incrementar su rendimiento (aunque esta no sea la finalidad pues fueron diseñadas para tratar determinados problemas de impotencia). Personas estas que han puesto en peligro su salud, para obtener un beneficio que estas pastillas no proporciona (ni ha anunciado nunca que lo haga – por lo menos las pastillas legales-).


Son buenas las pastillas para la erección



Pastillas Para La Ereccion 02
Aunque actualmente existen muchas formulaciones, muchos tipos de pastillas para la erección, todas tienen en común que tienen gran cantidad de contraindicaciones. Las pastillas para la erección, sin excepción, sólo pueden ser recetadas por un médico especialista tras la realización de las pruebas clínicas y de laboratorio pertinentes. Si no se deben consumir sin esta prescripción médica, ni que decir tiene de consumir aquellas que se obtienen por vías laterales, sin ningún tipo de control.

La gran cantidad de contraindicaciones de este tipo de pastillas hace que su consumo pueda resultar incluso mortal para personas con problemas (especialmente cardiacos, con insuficiencia renal, con retinitis, etc.). No contar con el correspondiente control médico hace que nos estemos exponiendo pues, aunque aparentemente no padezcamos de estas dolencias, no es extraño que la cuestión de creer que no padecemos de ellas radique en que aún no se han detectado. Cometemos el error de arriesgar nuestra calidad de vida por una demora en el diagnóstico, un diagnóstico que puede llegar demasiado tarde.

Ante la pregunta que da lugar a este artículo, ante la cuestión de si debemos consumir pastillas para la erección para resolver nuestro problema de disfunción eréctil, la respuesta es un contundente y rotundo NO. Si consideramos además lo elevado de su coste y los riesgos que conllevan, la respuesta vuelve a ser, con mayor insistencia incluso, NO. Sólo en caso de contar con la correspondiente prescripción médica, sólo en el caso que un especialista, tras la realización de las pruebas oportunas, nos haya recetado las pastillas para la erección, sólo en este caso es posible (que no deseable) recurrir a estas pastillas para resolver el problema de la disfunción eréctil o impotencia.

Pensemos, además, que las pastillas para la erección no son pastillas que vayan a resolver el problema en su origen. Son fármacos diseñados para resolver momentáneamente la situación, no curan la impotencia y, por tanto, en el mejor de los casos serán “un apaño” para salir del paso en el momento pero que luego pueden acarrear consecuencias no deseadas.

Pastillas Para La Ereccion 03
Aunque es un punto que suele omitirse al hablar de las maravillas de estas pastillas para la erección, no podemos ignorar el flaco favor que realizan al erotismo. Las pastillas para la erección deben tomarse con antelación a la relación sexual. Se acabaron la sorpresa, la naturalidad, las relaciones libres y espontáneas, las relaciones deben ser pautadas y programadas, las pastillas deben tomarse un periodo de tiempo antes de la relación, sólo funcionan cuando hay estímulo directo sobre “el aparato y tienen un "periodo de vigencia" limitado. Relaciones pautadas y obligatorias: Poco romanticismo.





Impotencia Psicologica

Hablar de impotencia psicológica es hablar de una disfunción eréctil motivada por un trastorno en la mente, algo que requiere un tratamiento singular.


Como ya hemos visto en otros artículos, hablar de disfunción eréctil o de impotencia es hablar que un trastorno que afecta a la erección del pene, un trastorno que afecta a los hombres que tenemos una incapacidad –reiterada en el tiempo – para conseguir la erección y/o para mantenerla el tiempo suficiente para tener una relación sexual satisfactoria.

Son muchas las causas que pueden motivar la impotencia, desde causas físicas (en este grupo se incluyen los problemas relacionados con el mal funcionamiento del cuerpo: desde enfermedades hasta consumo de medicamentos para su “cura”), causas traumáticas (lesiones) y, el tema que ahora nos afecta y que constituye el origen de esta bitácora: la impotencia psicológica y su cura.

Estaremos hablando de una impotencia psicológica cuando nuestra impotencia no responde a ninguna de las otras causas, esto es: no tendremos problemas físicos o traumáticos que sean los causantes de esta disfunción eréctil y sí tengamos algún trastorno psicológico que pueda estar generándola (aunque no esté diagnosticado).

Al hablar de los trastornos psicológicos que pueden estar generando nuestra impotencia psicológica, estaremos hablando de trastornos muy distintos, principalmente ansiedad, depresión o estrés.

Aunque estos trastornos suelen agruparse dentro de la impotencia psicológica como un origen común de la misma, son trastornos del ánimo muy distintos y que requieren de un tratamiento diferenciado.


Por qué de la Impotencia Psicológica



Actualmente se calcula que entre el 10 y el 20% de los problemas de disfunción eréctil son debidos a problemas psicológicos, un número muy grande que justifica la creación de esta bitácora (Impotencia Psicológica Cura) pero no la asociación problema psicológico con impotencia pues, en realidad, muchas personas con problemas psicológicos no tienen disfunción eréctil.

Entonces ¿porqué a mí si me ha ocurrido?

En este punto debemos separar la impotencia psicológica de la impotencia producida por los fármacos utilizados para tratar los problemas psicológicos.

Aunque el origen es el mismo (los problemas psicológicos) cuando hablamos de una impotencia debida a los fármacos utilizados para tratar este trastorno psicológico, no estaremos hablando de una impotencia psicológica sino de una impotencia por causas físicas. Su tratamiento estará relacionado con la supresión de esta medicación bien sustituyéndola por otra, bien ajustando las dosis o bien recuperando las funciones de nuestro cuerpo para combatirla (Importante: Nunca dejar la medicación para el tratamiento de los problemas psicológicos sin la supervisión de un profesional de la medicina).

En este artículo vamos a centrarnos en cuando es el problema psicológico el causante de la impotencia, cuando es la alteración de la manera que tenemos de percibir la realidad la que está produciéndonos esta disfunción eréctil.

Está demostrado que las alteraciones psicológicas tienen una repercusión directa en la química de nuestro cerebro, unas alteraciones que tienen un reflejo directo en una pérdida del apetito sexual (libido) y de la capacidad de erección de nuestro pene.

Aparte de esta explicación química de las repercusiones de la impotencia en nuestro cerebro debemos considerar las repercusiones en nuestra manera de razonar.

La impotencia psicológica es la más proclive a entrar en un círculo de razonamiento erróneo y que alimenta su perpetuación.

Nuestro problema psicológico tiene nuestra mente ocupada en tratar de resolver qué nos está produciendo este trastorno y contrarrestar sus síntomas(los trastornos psicológicos pese a su origen mental suelen tener una expresión física muy real y suelen resultar muy estigmatizantes socialmente), este esfuerzo mental unido a los cambios en la química de nuestro cerebro tienen una reflejo directo en nuestra libido y hacen que nuestro pene no responda como antaño; cuando notamos que nuestro pene ya no tiene el vigor y la fuerza de antes, entramos en una dinámica de preocuparnos por si no funcionará, si no tendrá la capacidad suficiente para mantener una relación completa, etc.; estos pensamientos se van agolpando y, finalmente, se produce la temida impotencia psicológica.

Estamos hablando de la profecía autocumplida. Es el estudiante que se prepara un examen y piensa que no va a poder superar la prueba; el día de la prueba, se presenta y el propio miedo le bloquea e impide que demuestre sus conocimientos; se ha cumplido su profecía, él sabía que no iba a superar la prueba pero, con lo que no contaba, es que este fracaso no tiene porqué responder a no tener la suficiente preparación, responde a su bloqueo mental.

De la misma manera cuando hablamos de impotencia por origen psicológico estamos hablando de la impotencia que se produce por el hecho de que estamos convencidos de que nuestro miembro no va a responder como esperamos en el momento que lo necesitamos.


Como veremos en próximos artículos, para tratar este tipo de disfunción eréctil vamos a poder recurrir a distintas técnicas: sistemas para apoyar la fortaleza de nuestro cuerpo, sistemas para minimizar el impacto del problema psicológico, sistemas para aumentar la confianza en nosotros mismos, etc. Un tratamiento de la impotencia psicológica que, como todos, sólo va a permitir su cura completa cuando superemos el problema raíz: cuando resolvamos el problema psicológico de confianza que bloquea nuestra potencia sexual

Nota: no necesariamente, será necesario superar completamente nuestro trastorno de ansiedad, estrés o depresión; lo que sí es una realidad es que superar la impotencia psicológica y recuperar nuestra actividad sexual normal será muy beneficioso para superar estos trastornos psicológicos.