Pareja e Impotencia

Hablar de impotencia psicológica es hablar de una disfunción eréctil debida a problemas de la mente. En este artículo tratamos cuando el problema es interno a la pareja.


La impotencia es un trastorno que imposibilita el mantener relaciones sexuales satisfactorias por problemas en la erección, problemas que van desde que la erección no se produzca hasta que sí lo haga pero no tenga la fuerza o dure lo suficiente para poder consumar la relación. La impotencia, puede deberse a traumatismos y a una gran cantidad de problemas físicos, entre los que incluiremos el consumo de drogas (legales o no tanto).

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Un caso especial (y que es el objeto de esta bitácora) es cuando esta impotencia no responde a ningún problema físico y lo hace aun problema psicológico. Son varias las neurosis que pueden ser las responsables de nuestra impotencia: depresión, estrés, ansiedad, problemas en el trabajo, problemas familiares, etc. En este artículo vamos a tratar de una circunstancia muy concreta que puede ser la responsable de nuestra disfunción eréctil: cuando el problema está en la propia pareja. Hablamos de cuando los problemas de inseguridad, los problemas de pérdida de intimidad, los problemas de aburrimiento, la pérdida de interés, etc. dentro de la pareja son el desencadenante principal de nuestro trastorno.

La buena noticia es que, cuando estamos en esta situación, las posibilidades de curar la impotencia son muy altas.

El primer problema con el que deberemos enfrentarnos es con le problema de la aceptación. La impotencia psicológica es un trastorno estigmantizante, es un trastorno mal visto socialmente, un trastorno que socialmente pone en tela de juicio nuestra hombría, nuestra “varonilidad”, es como si pensáramos que el hombre impotente no es tal, que la hombría depende del funcionamiento de una parte de nuestro cuerpo. Deberemos aprender a superar este primer escollo: de la misma manera que tu hombría no va a depender de si tienes o no un dedo, no lo va ha hacer de cómo funcione tu pito. La impotencia psicológica no define tu hombría. La hombría se va a demostrar en la entereza, la decisión y el compromiso que muestres en superar este y otros problemas de la pareja porque – aunque parece olvidarse – la impotencia es un problema que padece uno de los miembros de la pareja, pero que afecta a la pareja en su conjunto.

Aceptado el problema, llega el momento de analizarlo, buscar la solución al mismo y aplicarla. En este punto, cuando tenemos impotencia psicológica tenemos una ventaja que no siempre se da en otros tipos de impotencia: la cura de la impotencia psicológica no necesita de procesos de cirugía o el consumo (o dejar de consumir) productos químicos. El proceso de cura la de impotencia psicológica va a requerir trabajar la mente.

Habitualmente esta re-programación de nuestra mente, este proceso de apertura de la mente a nuevas ideas y de liberarla de aquellos condicionantes que nos han abocado a la impotencia se va a realizar por dos vías distintas:

  • Por una parte tenemos el trabajo que se realiza en la pareja en su conjunto, con técnicas que van a enseñarnos cómo podemos renovar aquella intimidad y recuperar la excitación sexual.
    La pareja está expuesta al mundo exterior, un mundo hostil que puede repercutir en su interior, afectando a uno de los miembros o a los dos haciendo que se pierda la intimidad y el interés y esto desemboca en una espiral de distanciamiento que causa la impotencia. En este tipo de trabajo, mediante charlas, actividades, ejercicios en pareja y cada miembro individualmente, vamos a aprender a recuperar la ilusión y el interés de nuestros inicios, vamos a recordar qué nos unió, aprender a volver a dar a la pareja la importancia que se merece y cómo podemos establecer barreras para proteger aquello que en realidad tiene importancia.

  • Por otra parte tenemos un conjunto de técnicas que van a estar enfocadas a que desarrollemos una nueva relación con nosotros mismos.
    Esta vía suele generar confusión, por protección propia, la mayoría de las personas tendemos a pensar que actuamos de la manera correcta y el problema radica en los demás. En estas técnicas vamos a trabajar cuánto hay de cierto en la creencia anterior, hasta qué punto estamos actuando de manera coherente con lo que realmente pensamos. Se va a trabajar qué expectativas tenemos de nosotros mismos y de la pareja.
    Unas técnicas con las que vamos a profundizar en nuestro autoconocimiento, un aprendizaje que va a repercutir de manera muy favorable, no sólo en la superación de nuestro problema de impotencia psicológica, sino también en nuestra personalidad en general.



Impotencia Psicológica Dentro de la Pareja



Este artículo sobre la impotencia psicológica y su relación con la pareja, no está orientado a cómo nuestra disfunción eréctil afecta a la pareja sino a cómo puede ser la relación de pareja la causante de nuestro problema. Las técnicas descritas anteriormente deben y serán tratadas de manera más detallada y profunda en próximos artículos pero, por el momento, sí hay determinadas valoraciones que podemos ir avanzando y que nos serán de gran utilidad a la hora de acotar el problema que nos atañe:


Expectativas:

Tenemos tendencia a idealizar, cuando comenzamos la relación creamos un mundo imaginario y un desempeño de la relación que probablemente no se concrete en la realidad. La realidad tiende a imponerse, alterando nuestra imaginación y moldeando nuestro presente y el de nuestra relación. Es importante en este punto hacer una reflexión profunda sobre tú realidad actual y la de tu relación y sobre qué rumbo quieres que tomen ambas realidades.


Comunicación:

Que una pareja es de dos, es fácil de asimilar pues así nos lo enseñaron. Ahora cuando hablamos de una pareja de personas, lo que significa que es de dos es que ambos miembros son partícipes y responsables de su desempeño.

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Aunque algunas parejas pretendan que la comunicación fluya sin necesidad de palabras, la realidad puede estar afectando a esta vía de comunicación y dificultándola mucho. Es importante retomar la comunicación por las vías habituales, es importante buscar el momento, el lugar y el tiempo para dedicárselo a una parte tan importante de la pareja como es la comunicación. Debemos comunicar qué nos está afectando, cómo pensamos que podemos mejorarlo, aprender qué está afectando al otro miembro y qué piensa que se puede hacer. Debemos indagar sobre las inquietudes y expectativas de cada miembro y, de esa manera, plantear una estrategia común para afrontar la realidad diaria.

Una comunicación sin discusión buscando cómo superar la impotencia de las que, además, saldremos reforzados al saber que contamos con el apoyo y la comprensión de nuestra pareja.


Estilo de Vida.

En una ocasión un médico hacía esta reflexión sobre las necesidades que nos imponemos: ¿para qué trabajamos día y noche, horas y horas extra e invertimos todo este esfuerzo en adquirir una segunda vivienda en otro lugar, cuando luego no tenemos ni el tiempo ni las ganas de disfrutarlo? ¿No sería más productivo invertir menos horas y ganar lo justo para hacer aquello con lo que realmente disfrutamos?.

De esta reflexión surgen muchas más consecuencias que lo meramente material. Nosotros nacemos con un cuerpo, este cuerpo es la carcasa con la que vamos a tener que desenvolvernos toda la vida. Una carcasa, un coche que sistemáticamente descuidamos y maltratamos: grandes ingestas de grasas que obstruyen nuestras venas, nos generan sobrepeso y destrozan nuestra imagen; tabaco, alcohol y otras sustancias, que nos aportan un placer momentáneo y cuyas consecuencias quedan grabadas en el cuerpo para siempre, trabajo duro y constante pensando en un mañana que quizás no llegue y descuidando el presente, etc.

Debemos reflexionar sobre lo que realmente estamos haciendo con nuestro estilo de vía, qué cambios van a proporcionarnos una mayor calidad de vida y cuales no nos resultan productivos en nuestro objetivo de tener una vida plena y sí nos impiden llegar a él. Y, lo más importante, ponerlos en práctica.



La pareja puede ser origen o no de nuestra impotencia pero, de manera irremediable es la diana en la que se sufren sus consecuencias. En el caso en que nuestra impotencia psicológica responda a problemas en el seno de la pareja, es precisamente ahí donde vamos a encontrar la respuesta a cómo superarla. Nosotros y nuestra pareja, causa y cura de la impotencia psicológica. La buena noticia es que nuestro aliado es precisamente aquella persona con la que queremos estar y contar en los momentos difíciles.