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Eyaculación Precoz

Eyaculación Precoz un problema que parece imposible que pueda ser padecido a la vez que la impotencia pero, como nosotros sabemos, no es así.


Cuando hablamos de impotencia (psicológica o no), estamos hablando de disfunción eréctil, un problema que padecemos aquellos que no podemos tener y/o mantener la erección el tiempo suficiente para una relación sexual satisfactoria.

Eyaculación Precoz
La Eyaculación Precoz es otro problema del ámbito sexual, un problema con muchas y muy distintas definiciones, la más extendida y aceptada actualmente de las cuales es: Se considera que una persona padece de eyaculación precoz cuando no posee el control suficiente sobre su sistema eyaculatorio, evaluando esta deficiencia de control en que esta en la relación sexual, en el bienestar sexual y emociona de uno o los dos miembros de la pareja.

Una definición algo rimbombante para indicar que padecemos de eyaculación precoz cuando no somos capaces de controlar nuestra eyaculación y esta se produce antes de tiempo produciéndonos insatisfacción a nosotros o a nuestra pareja.

Puesto que para que haya eyaculación debe haber erección, estos problemas no deberían coincidir en una misma persona y al mismo tiempo. Respuesta: la premisa es incorrecta, no es necesario una erección completa, suficiente para una penetración, para eyacular.


Eyaculación Precoz e Impotencia Psicológica



En la mayoría de casos en los que se produce esta coincidencia, la historia viene a ser algo parecido a esto:

Cuando comenzamos nuestras relaciones sexuales, teníamos que sandokan era muy sensible, sólo un roce, una caricia, una insinuación, servía para que se envalentonara y se alzara orgulloso mostrando todo su poder. El problema era que sandokan, inexperto y mal educado tomaba decisiones independientes de nuestra voluntad y eyaculaba de manera desconsiderada sin importarle nuestra opinión ni, mucho menos, la de nuestra pareja.

Avergonzados por su actitud insolente, empezamos a realizar trucos de feriante para contrarrestar su poderío: nos asegurábamos que llegara a la cita descargado, incluíamos ejercicios de dispersión mental para descentrarlo (pensar en otra cosa, contar hasta infinito, imaginarnos cosas desagradables), etc.

Lo sorprendente de la historia fue que sandokan no se tomo a bien nuestros intentos y, un buen día y sin previo aviso, decidió que ya no volvería a jugar. Ya no volvería a levantarse. Ya no participaría en nuestros juegos. Si no podía ser como él quería no habría juego.


Estamos ante uno de los casos más claros de impotencia psicológica, Una impotencia que se ha producido como consecuencia de ser eyaculadores precoces.

Como consecuencia de padecer de eyaculación precoz hemos desarrollado un problema de confianza en nosotros mismos y nuestra capacidad en la relación sexual que inconscientemente nos ha conducido a una disfunción eréctil o impotencia psicológica.

Aunque algunos lo consideren imposible, la realidad es que ambos trastornos pueden coincidir y debemos aprender cómo curarlos.

El proceso de tratamiento para superarlos comenzará por resolver primero el problema de la impotencia psicológica, volver a hacer que nuestro pene vuelva a tener erecciones fuertes como para mantener una relación sexual completa, para posteriormente centrarnos en el problema de la eyaculación precoz, resolver el problema de no saber controlar la eyaculación.

Una ventaja que tiene este tipo de tratamiento es que al resolver la impotencia psicológica avanzamos en nuestro autoconocimiento y autoestima, un aprendizaje que repercute directamente en la cura de la eyaculación precoz.

Antes de plantearnos cualquier tratamiento debemos razonar y asimilar tres conceptos básicos:

  • Hombres y mujeres tenemos ritmos sexuales diferentes. Aunque generalizar no es bueno, normalmente las mujeres tienen un ritmo sexual más lento que los hombres, ellas necesitan mas prolegómenos para llegar al estado de excitación del hombre.

  • En la relación sexual, buscar el “acabar juntos” es en muchos casos una utopía. El mero hecho de centrarnos en conseguirlo hace que perdamos la concentración en lo realmente importante que es disfrutar y hacer disfrutar de la relación. Además, los tiempos del clímax son distintos y aunque comencemos a la vez, difícilmente acabaremos juntos.

  • En la relación sexual, si tu pareja es capaz de hacerte feliz con más partes y más cosas que el coito en sí, también ella es capaz de recibirlo.



Para los ajenos a la materia, puede parecer imposible que impotencia psicológica y eyaculación precoz se aúnen en una misma persona y tiempo. Ahora ya sabemos que no, lamentablemente no pero, por suerte la solución a ambos problemas va unido (al menos en parte).