Como mantener la ereccion

Impotencia puede ser: no tener erección o tenerla pero débil y por poco tiempo. En este artículo veremos cómo podemos mantener la erección por más tiempo.


Como mantener la ereccion
Por experiencia propia, sabemos lo traumatizante que resulta la impotencia. Es muy probable que ni tú mismo fueras consciente de este extremo hasta que lo padeciste. La impotencia supone un gran impacto inicial, algo que hacías, algo que te llenaba, algo que compartías con tu pareja,.., ahora no puedes hacerlo.

En este artículo vamos a centrarnos en un caso muy concreto de impotencia, un caso mucho más frecuente en el tema central de nuestra bitácora: la impotencia psicológica y su cura, es el caso de aquellas personas que – sí consiguen tener una erección -, pero no somos capaces de mantenerla durante el tiempo necesario para que la relación sea satisfactoria.

El primer punto que debemos tener claro es



Cómo se produce la erección.

La erección es una respuesta mental a un proceso de excitación sexual.

Cuando el hombre se excita sexualmente, su cerebro comienza a enviar órdenes a su pene para que se llene de sangre y con ello se consigue que los cuerpos cavernosos que forman el pene se hinchen consiguiendo la llamada erección.

El cerebro continuará remitiendo estas órdenes hasta que se produce la eyaculación (señal de que ha acabado el coito). Cuando el cerebro deja de emitir estas órdenes, la sangre vuelve a su circulación normal deshinchando los cuerpos cavernosos del pene.

Aunque el proceso es algo distinto y más complicado que el descrito, creemos que esta explicación basta para entender qué proceso sigue la erección. Un proceso en el que el principal implicado es el cerebro y las órdenes que remite a nuestro pene.

Cuando estamos hablando de una impotencia física, el problema estará en que hay un problema en esa comunicación o una imposibilidad por parte de nuestro cuerpo de cumplir la orden. En el caso que nos atañe, en el caso de la solución a la impotencia psicológica, en la que no existe ningún problema físico (incluidos trastornos por sustancias) que impidan la comunicación o que nuestro cuerpo responda, en este caso de disfunción eréctil por problemas psicológicos, el problema frecuentemente es que nuestro cerebro no emite las órdenes.

Centrándonos en el problema concreto de nuestro artículo, el problema no es tanto el que se produzca la erección (algo que puede costar más o menos pero se produce) sino el cómo mantener la erección durante el tiempo suficiente para completar la relación de manera satisfactoria.

Conocido cómo funciona el proceso de la erección, es fácil deducir que el problema en el caso de la impotencia psicológica que no puede mantener la erección está en que nuestro cerebro “se despista” y deja de mandar las señales de que esa erección debe mantenerse.

En nuestro artículo “El Mejor Afrodisiaco Natural”  ya tratamos sobre cómo es posible estimular a nuestro cerebro para que aumente su capacidad de excitación y así tener más facilidad de tener erecciones.

En este punto vamos a centrarnos sobre dos puntos que van a aumentar nuestra autoestima, nuestro conocimiento de nuestro cuerpo y por tanto van a hacer que seamos capaces, no solo de tener erecciones, sino de mantenerlas durante mucho tiempo. Notar que, estas técnicas resultan útiles para las personas impotentes pero también para aquellos que no tienen impotencia pero quieren mejorar su rendimiento, la ponencia y la duración de su erección.


Como Mantener la Erección con Alimentos



Algunas personas continúan pensando que la solución a sus problemas está en la ingesta de las denominadas pastillas azules. Puedes revisar nuestros artículos anteriores para comprobar por qué tomar pastillas para la erección; puede no ser buena idea.

Aunque no tenemos porqué recurrir a la química, no por ello hemos de renunciar al conocimiento. En este caso concreto tenemos que hablar de un aminoácido llamado Arginina. La arginina es un aminoácido que tiene la propiedad de aumentar la cantidad de óxido nítrico en la sangre. Este mayor aporte hace que se dilaten las paredes de los vasos sanguíneos y se vuelvan más elásticos incrementando el nivel de circulación de la sangre: mejor riego y mayor distribución de oxígeno y nutrientes.

Un incremento que afecta a todo nuestro cuerpo y, en concreto, a nuestro pene, facilitando no sólo el que se produzca la erección sino mejorando la potencia, el rendimiento y la resistencia de esta. Un componente que va a ayudarnos a tener y a mantener la erección de una manera física (independiente de nuestra mente, nuestro cuerpo estará más preparado) y, por tanto, va a facilitar que necesitemos menos estímulo para conseguir nuestro objetivo.

Por supuesto, podemos conseguir concentrados químicos de esta sustancia, pero para nuestro objetivo basta con la que podemos conseguir de manera natural introduciendo en nuestra dieta:
  • Hígado de ternera
  • Semilla de girasol
  • Chocolate
  • Frutos secos: nueces, almendras, cacahuetes.
  • Chocolate
  • Leche


Importante: si eres una persona que sufres de diabetes el consumo de arginina está contraindicado y, por tanto, debes consultar a tu médico sobre tu intención de tomarla y atender a sus indicaciones.


Como Mantener la Ereccion con Ejercicio



Antes hemos hablado de la importancia que tiene la mente en que se produzca y que se mantenga la erección, hemos explicado el sistema de órdenes que nuestro cerebro manda a nuestro miembro para que se ponga erecto y se mantenga en esta posición.


En este punto vamos a tratar un aspecto distinto, por mucho que nuestra mente nos indique algo, existe una “capacidad física”, esto es, podemos querer hacer más flexiones, podemos mentalmente intentarlo y nuestro cuerpo, simplemente, ya no puede.

Pese a lo que algunos defienden (de manera totalmente absurda – pues sólo hay que mirar algo de anatomía - ) el pene no es un músculo y, por tanto, no puede “ejercitarse” para incrementar su rendimiento. La buena noticia es que sí tenemos un músculo que es muy importante en la erección y, sobre todo, en como mantener la erección, es el llamado músculo pubocoxigeo.

El músculo pubocoxígeo es el encargado de controlar dos funciones principales para nuestro interés: el mantenimiento de la erección, será el músculo que se cerrará e impedirá que la sangre abandone nuestro pene y la orina, es el músculo implicado cuando vamos a hacer “aguas menores”.

Decimos que es importante que intervenga en los dos procesos porque es precisamente esta función de orinar la que vamos a utilizar para fortalecerlo. La manera más fácil radica en cambiar nuestros hábitos urinarios. A partir de ahora, cuando sintamos la llamada de la naturaleza, en lugar de dejar que el torrente se desborde alocadamente, nos centraremos en irlo cortando cada poco tiempo: dejar, cortar (retener hasta tenerlo relativamente controlado), volver a dejar, volver a cortar...

Con este simple cambio de habito, fortaleceremos el músculo y nos resultará mucho más fácil el mantener la erección. Como en el caso de la alimentación, este “truco” es válido tanto si padecemos de impotencia como si no.



Hemos hablado ya de la importancia que tiene la mente en el proceso de tener y mantener la erección, el punto clave que hace que existamos personas con impotencia psicológica pero, con la ayuda de las técnicas que hemos expuesto, podemos reforzar nuestro cuerpo y con ello mejorar nuestro nivel de confianza, un punto clave en el proceso de curar la impotencia psicológica.



Remedios para la impotencia

En este artículo vamos a tratar qué remedios podemos utilizar en el tratamiento de la disfunción eréctil, en la cura de la impotencia.


Hablar de disfunción eréctil es hablar de un problema que ha afectado a los hombres desde el principio de los tiempos. Un problema el de la impotencia que existe desde siempre pero, que se ha hecho más palpable en la sociedad actual, pues antes existían muchos más tapujos que dificultaban o impedían el hablar de ella.

Remedio Para La Impotencia
Ciclista en la pared - Toni RaskoInikov
La sociedad ha avanzado, actualmente ante un problema de disfunción eréctil es fácil encontrar información: la prensa, la televisión, Internet, las ciudades están plagadas de consultorios de psicólogos y sexólogos, es fácil acudir a terapias de pareja o, lo más próximo, la consulta a nuestro médico de cabecera o asistir a nuestro centro de especialidades.

Con la nueva sociedad, afortunadamente, se ha perdido gran parte del pudor que existía en tratar los problemas sexuales, los problemas de erección (en este caso la disfunción eréctil o impotencia).

Menos pudor para expresar nuestro problema y buscar ayuda, más medios y más cercanos para resolverlo y un resultado sorprendente: Según diversos estudios, el problema de la disfunción eréctil en lugar de estar cada vez más erradicado, se encuentra en prefecto estado y creciendo. Con la llegada de los nuevos tiempos, los problemas de erección se están incrementando cada vez más.

Es precisamente en esta coincidencia donde debemos encontrar el origen del problema. Si la sociedad moderna provee más tratamientos y más efectivos para curar la impotencia y cada vez son más las personas que padecen de disfunción eréctil, la conclusión sólo puede ser una: es la propia sociedad moderna la que está provocando este incremento en el número de personas con problemas de erección.

La sociedad actual, con todos sus avances, nos está arrastrando cada vez más al sedentarismo (no hacemos ejercicio y nuestros trabajos ya no suelen requerir de esfuerzo físico), las ciudades y pueblos están contaminados, estamos rodeados constantemente de contaminación atmosférica, acústica, visual, nuestros alimentos están tratados químicamente, etc.

Nos hemos convertido en autómatas arrastrados por el ritmo de vida actual, acudimos a los sitios en coche o transporte público, subimos por las escaleras mecánicas o cogemos el ascensor, no preparamos las comidas, no tenemos tiempo, compramos comida preparada, o comida rápida, cuando nos duele algo o tenemos algún problema físico acudimos al auxilio rápido de los comprimidos químicos (las pastillas), etc. En definitiva, con la sociedad actual, estamos contaminado nuestro organismo.

La sociedad actual nos ha hecho creer que éramos nosotros quienes disponíamos del control de la naturaleza y nuestro cuerpo. Nada más alejado de la realidad. Contaminamos la naturaleza y ella nos devuelve el favor destrozando nuestro cuerpo. Alimentamos nuestro cuerpo de manera rápida y sin pensar qué repercusiones tiene y nuestro cuerpo responde, como cualquier motor maltratado, nuestro cuerpo nos responde con enfermedades, dolencias y,…, disfunción eréctil.

Por suerte la batalla no está perdida, podemos introducir cambios en nuestra forma de vivir que van a permitirnos romper el círculo vicioso en el que nos encontramos inmersos.


Remedios para la disfunción eréctil



Algunas personas cuando hablamos de estos cambios a realizar en nuestra vida cotidiana inmediatamente los relacionan con intentos por mejorar el estado de salud general, sin ser conscientes que es precisamente ahí donde va a residir el tratamiento de la disfunción eréctil, que es ahí donde debemos incidir para mejorar nuestro rendimiento sexual.

Son cambios en nuestra rutina diaria que van a contribuir significativamente en una mayor flexibilidad del cuerpo y en conseguir una mente más ágil. Son cambios que van a permitirnos que nuestro cuerpo esté más fuerte, más fuerte en el exterior (musculatura, huesos, agilidad, etc.) y en el interior (un sistema inmunológico fuerte para hacer frente con mayores garantías a las enfermedades que nos rodean). Son cambios que harán que recuperemos el sueño, ese merecido y reparador descanso que reconstruye nuestras funciones orgánicas. Son cambios que deberemos hacer si queremos solucionar nuestro problema de disfunción eréctil.

Son cambios relativamente sencillos que constituyen el auténtico remedio para la disfunción eréctil, remedio para la impotencia como:

  • Modificar nuestra dieta hacia una más equilibrada, una dieta baja en grasas (especialmente las saturadas) y en sodio, una dieta que nos permita adquirir los nutrientes necesarios para una buena salud en la cantidad apropiada a nuestra constitución (evitando el sobrepeso o gordura).

  • Realizar ejercicio físico con regularidad (por lo menos tres veces por semana). Para la realización de la actividad física no es necesario recurrir a gimnasios ni centros de entrenamiento. Caminar, hacer footing, la bicicleta, incluso nadar (si tenemos una playa cerca) son actividades al alcance de la mayoría que no requieren de una inversión económica.

  • Aprender técnicas que mejoren nuestra capacidad de oxigenación, que nos ayuden a relajarnos de manera voluntaria en el momento que lo necesitemos y que mejoren nuestra capacidad para concentrar nuestra mente.

  • Incorporar en nuestra vida actividades que nos resulten placenteras, entender la necesidad que equilibrar nuestro organismo y nuestra mente con actividades que nos resulten relajantes y des-estresantes.

  • Dejar de pensar que determinados alimentos son afrodisiacos y van a potenciar nuestra virilidad. En realidad los alimentos que sí nos van a ayudar en nuestro problema de disfunción eréctil son aquellos alimentos naturales, saludables y ricos en vitaminas, beneficios que vamos a encontrar en las frutas y verduras frescas.

  • Evitar (mejor suprimir completamente) alimentos prefabricados, que aportan pocos nutrientes y demasiadas grasas saturadas y azúcares refinados.

  • Renunciar o reducir al mínimo las denominadas drogas naturales: cafeína, tabaco o alcohol. Este último sí es posible tomarlo en dosis moderadas.



Mediante la aplicación de estos sencillos remedios para la impotencia, podremos reducir de manera casi inmediata la temible disfunción eréctil. Los efectos de estos sencillos cambios en nuestra vida serán visibles de manera rápida en nuestros problemas de erección.



Mitos y Leyendas sobre la impotencia

No todo lo que oímos es verdad. Si bien la impotencia es un problema traumatizante para quien lo sufre no creamos los mitos que se han formado entorno a ella.


Si visitas esta página es porque sufres de impotencia (disfunción eréctil), tienes problemas para tener o mantener una erección y su origen es psicológico, esto es: no existe una causa física que esté produciendo esa impotencia sino que se debe a un problema mental, bien sea un periodo de mayor nerviosismo, estrés, un tiempo de decaimiento o no sabemos bien qué.

Mitos sobre la Impotencia - Impotencia Psicologica Cura
El problema está en que la impotencia es un problema estigmatizante, esto es, crea marcas en quien la padece, es un problema socialmente “mal visto” y, esta percepción, hace que sea un problema que tiende a tratarse e intentar resolverse en la intimidad.

En este artículo vamos a tratar sobre qué hay de verdad en esos mitos sobre la impotencia, en hasta qué punto debemos dejar que nuestro problema afecte a nuestra autoestima, de cómo no podemos permitir ahondarnos más en nuestro problema por leyendas urbanas, mitos, que no tienen nada de real.

Veamos qué hay de cierto en esos


Falsos Mitos sobre la Impotencia



1. El hombre impotente es menos viril.

El macho con impotencia es menos macho.

Primero debemos definir qué es la virilidad, debemos entender que un hombre es hombre no solo por el hecho de satisfacer sexualmente a su pareja sino por otros muchos rasgos. Sí, no seamos prehistóricos, nuestras parejas nos eligieron (o nos elegirán) no por nuestra manera de satisfacerlas en la cama sino por otras cualidades como el nivel de protección, el nivel de confianza, el compañerismo, etc.

Es cierto que con nuestro problema de disfunción eréctil tenemos más problemas a la hora de satisfacer sexualmente a nuestra pareja – destacamos; más problemas, lo que no indica que no podemos hacerlo, para eso está la imaginación y buscar métodos alternativos en tanto en cuanto superamos nuestra crisis -, pero eso no nos hace menos viriles. La virilidad la demostraremos cuando haya problemas serios y un hombre tenga que demostrar que lo es.




2. La impotencia es un problema asociado a la edad.

¿Ser mayor es igual a padecer impotencia?, la respuesta es definitivamente NO.

Es cierto que con la edad todo nuestro cuerpo se ralentiza, nuestro metabolismo es más lento, nuestros reflejos decaen, nuestro cuerpo se hace más sensible a los cambios, etc. Es innegable que esta ralentización afecta a todos nuestros sistemas y, al sistema sexual, también: con la edad necesitaremos mayores periodos de excitación, nos haremos más “cómodos”, etc. Pero esto no quiere decir que tengamos impotencia, solo que – como en el resto de cosas – deberemos amoldarnos a nuestra nueva realidad.

Existen multitud de ejemplos de personas de avanzada edad que nunca han tenido problemas de impotencia, aunque eso sí; debemos ser conscientes que maltratar nuestro cuerpo, con una mala dienta, alcohol, tabaco, drogas, etc. Nos va a pasar una factura mucho más cara que cuando éramos jóvenes, una factura que puede afectar a nuestro miembro.


3. El hombre impotente no tiene interés sexual

Este falso mito provoca más quebraderos de cabeza de los que aparentemente debiera.

No son pocos los hombres que padecen de impotencia y, sin embargo, no pierden el apetito, el interés sexual, esto les crea un conflicto pues consideran que existe una relación causa efecto que en realidad no existe: hay hombres que no tienen interés sexual y no tienen problemas de erección y hombres con problemas de impotencia que mantienen un gran apetito sexual.

En el caso concreto de esta bitácora, la impotencia psicológica, estos dos temas sí suelen estar más relacionados, pero no como podría pensarse de que es la falta de interés sexual el desencadenante de nuestra impotencia sino al contrario, nuestra impotencia nos genera un miedo interno del que podemos protegernos bajando nuestro interés sexual.


4. La impotencia es fruto del desuso.

Tengo problemas de impotencia por no haber practicado. Esta es uno de los mitos más extendidos que existen, ni practicar mucho sexo va a hacer que estemos libres de sufrir impotencia, ni los largos periodos de abstinencia van a desencadenarla.

En el caso concreto de la impotencia psicológica, lo que sí ocurre es que el distanciar nuestras relaciones no contribuye a resolver el problema ni el forzar encuentros - condenados al fracaso – van a mejorarnos sino todo lo contrario.


5. La masturbación produce impotencia.

Un mito tan falso como el que reza que si te masturbas se te cae el miembro a trozos.

Masturbarse no sólo no produce impotencia sino que es un método que se utiliza como terapia de apoyo en la superación de algunos tipos de impotencia.

La masturbación no produce impotencia, aunque sí puede producirla los complejos de culpabilidad o vergüenza ante la pareja. Estos sentimientos pueden estar generando un conflicto en nuestra mente que sea el detonante de nuestra disfunción eréctil.


6. Impotencia y eyaculación precoz están relacionados.

Como ya vimos en nuestro artículo sobre la eyaculación precoz, esta es un problema sexual de una esfera distinta al de la impotencia.

Una persona puede padecer cualquiera de los dos trastornos de manera independiente sin que el tener uno haga que se produzca el otro o los dos simultáneamente.


7. Si tienes un pene pequeño es más probable que tengas impotencia.

Está más de demostrado que no hace falta tener un tamaño de pene grande para satisfacer a la pareja. Además del miembro, en una relación que resulte satisfactoria para la pareja, tendremos que ser capaces de crear el clima, el entorno, la atmósfera, el movimiento y un conjunto de cosas que lleve a nuestra pareja a un éxtasis sexual. Un éxtasis que sólo con un miembro grande nunca vamos a conseguir.

En el caso de las personas que tenemos un miembro pequeño, esta creencia de que no podemos satisfacer a la pareja, sí puede conducirnos a una impotencia psicológica motivada no por el tamaño de nuestro miembro sino por nuestra inseguridad de poder satisfacer.


8. El hombre sano se levanta empalmado.

En realidad esta afirmación es totalmente falsa. La erección matutina no está tan relacionada con la salud sexual como con la calidad del sueño. El no levantarnos con el miembro armado no significa que no tengamos una buena salud sexual, puede ser simplemente que no durmamos bien.


9. La impotencia hace que mi pareja no me desee.

Como hemos dicho antes, impotencia y deseo no están relacionados en una persona, mucho menos tu impotencia con el deseo de tu pareja.

El problema que sí puede darse es cuando no sabemos manejar este trastorno y cómo nos afecta a nosotros y a nuestra relación y, de esta falta de comunicación y entendimiento, es del que pueden derivarse los problemas de interés por parte de nuestra pareja.

Por ese motivo es necesario que nuestro problema de impotencia sea algo compartido, no obsesivo, algo en lo que contar con nuestra pareja para poner solución.


10. La diabetes produce impotencia.

La diabetes es un problema de regulación de insulina y esta sustancia no bien controlada puede provocar alteraciones en los vasos sanguíneos y en los nervios que tienen una implicación directa en nuestro desempeño sexual.

La diabetes es, por tanto, una enfermedad que debe estar bajo control pues si puede ser la causante de nuestra disfunción (una impotencia física, no psicológica). Aun así, ser diabético no implica tener impotencia, con un control adecuado se puede tener diabetes y una vida sexual totalmente satisfactoria.



11. Las pastillas azules son la solución.

Las pastillas azules son el gran engaño de nuestro sistema farmacéutico actual. No estamos diciendo que estos fármacos no hayan contribuido a mejorar la calidad de vida de muchos de las personas que padecen de disfunción eréctil por causad físicas.

Estas pastillas se fundamentan en conseguir un aumento del riego sanguíneo en nuestro miembro en respuesta a una estimulación, son por tanto una solución cuando tenemos un problema de comunicación pero, con el precio, de un conjunto importante de contraindicaciones.

En el caso de la impotencia psicológica esta comunicación se ha interrumpido no por problemas en el cable sino porque el emisor no está por la labor. En estas circunstancias, el recurso de las pastillas puede resultar incluso contraproducente, pues aumenta nuestra inseguridad y afianza nuestra creencia de que no podemos prescindir de ellas, nos hace dependientes. Dependientes de unas sustancias químicas que pueden poner en peligro nuestra salud en general.



Hemos intentado desmitificar la impotencia, en concreto la impotencia psicológica. Sabemos que la disfunción eréctil está afectando mucho tu calidad de vida y tu autoestima pero no eres menos hombre de lo que eras antes, no tienes la culpa de lo que te está ocurriendo y tu relación no corre peligro por tu problema sexual, aunque no por ello es un problema del que debas desentenderte.





El Mejor Afrodisiaco Natural

Un afrodisíaco es una sustancia que aumenta el deseo sexual. Una herramienta muy útil para quienes tenemos impotencia, en especial impotencia psicológica.


Cuando sufres de impotencia, buscas alguna manera de superarla y, lo normal, es buscar qué hacer o qué consumir para vencerla. En este punto entran en juego los llamados afrodisíacos, sustancias a las que se atribuye la cualidad de aumentar el deseo sexual, el rendimiento e incluso el disfrute en la relación.

Conocedores de la necesidad, es fácil encontrar preparados, de venta en las tiendas especializadas, que defienden ser totalmente “naturales” y que garantizan ser los mejores afrodisíacos del mundo. Pequeños secretos almacenados en pequeños frascos que incluyen en su interior el gran secreto desvelado para aumentar nuestra lívido, nuestra potencia y nuestro rendimiento a niveles inimaginables. Pequeños milagros “de gran valor” que nos permitirán superar nuestra impotencia en un instante.

En este artículo no vamos a dar fomentar ninguno de estos productos. Vamos a tratar de los afrodisíacos completamente naturales (fácil de comprobar, no como los que vienen en frascos), aquellos que podremos obtener sin mayor problema, sin necesidad de recurrir a ninguna tienda especializada, aquellos que han sido utilizados y probados para la imponencia durante años, aquellos que – según nuestro criterio – son


Los 5 Mejores Afrodisíacos Naturales
para la impotencia



Antes de estos afrodisíacos, es importante recordar lo que no debemos hacer ni comer antes de tener una relación:
  • Evitaremos las comidas copiosas (mucha cantidad)
  • No comer alimentos difíciles de digerir (col, coliflor, lentejas, garbanzos, etc.).
  • Los afrodisíacos son alimentos fáciles de digerir.



Espagueti con salsa de tomate.

¿Sorprendido?

Espagueti con salsa de tomate - impotenciapsicologicacura
El espagueti es fácil de digerir y el tomate ha sido considerado durante siglos el viagra vegetariano. Para que la comida resulte ligera es conveniente que no vaya acompañada de carne.

El espagueti nos aporta la energía del carbohidrato. La salsa de tomate es buena para la próstata. El tomate en sí es un excelente vigorizante.

Por supuesto en la relación es deseable el juego y la complicidad, esta comida es ideal para el juego de poner la punta de un espagueti en la boca de uno de los miembros de la pareja y la otra punta en la boca del otro y, mientras ambos comen, llegarse a besar.




El plátano o la banana

Platano - impotenciapsicologicacura
Según Sigmund Freud, el plátano, la banana o los espárragos son afrodisiacos visuales, es su forma la que estimula nuestros sentidos.

El plátano y la banana unen a esta faceta el incluir componentes que mejoran el humor e incrementan la autoestima. El potasio aumenta la energía y la producción de la hormona sexual.

El juego de pareja aumenta la efectividad de este alimento, dando cada miembro de la pareja de comer al otro y simulando …



Fresas con nata

Fresas con Nata - impotenciapsicologicacura
Rojas, pequeñas, las fresas son la fruta de la pasión. Son ideales para compartir en la cama mientras la temperatura comienza a elevarse.

Son ricas en vitamina C, favorecen la producción de las hormonas sexuales, benefician los neurotransmires.

En el juego erótico se pueden distribuir por el cuerpo de nuestra pareja y comerlas y lamerlas lentamente.





Vino tinto - impotenciapsicologicacura
Vino Tinto

Que el vino es ”desinhibidor” creemos que es conocido por todos, pero no es este el principal beneficio que deseamos.

En el caso del vino, este es rico en vasodilatarores que hace que llegue más sangre a la zona genital tanto del hombre como la de la mujer.

Con este afrodisíaco es importante no excederse pues sería “contraproducente”.




Chocolate

Chocolate - impotenciapsicologicacura
Conocido como el manjar supremo.

La semillas de cacao tienen muchas sustancias que combaten la fatiga, favorecen la ventilación pulmonar, favorecen una mejor circulación sanguínea, son una fuente de endorfinas, renuevan el rendimiento sexual, etc.

En versión sirope puede untarse en el cuerpo de nuestra pareja y dejar volar la creatividad.

Importante: para que el afrodisíaco funcione, este debe comerse lento, en bocados pequeños, en complicidad y a ser posible rodeado de un ambiente distendido y con humor.




Conocidos estos cinco afrodisíacos es momento de probarlos y comprobar con cuál obtenemos mejores resultados, cuál es el que mejor se adapta a nuestras preferencias y – simplemente – utilizarlos para aumentar nuestra autoestima y vencer con ello nuestra impotencia psicológica.




Curar la Impotencia con los sentidos

La impotencia, la impotencia psicológica en especial es un problema que tiene solución. El problema es que intentamos hacerlo sin orientación y cada vez se agudiza más.


Decidir crear este blog (impotencia psicológica cura) no se debió a que nosotros fuésemos unos especialistas en la materia que tenían nuevas y revolucionarias maneras de solucionar el problema, fue – simplemente – porque nuestra experiencia, nuestra desagradable experiencia con el problema de la impotencia y la búsqueda de soluciones, nos obligaba a compartir aquello que vivimos y cómo conseguimos solucionarlo.

Curar la impotencia con los sentidos
Cuando padeces de impotencia, en especial cuando se trata de una impotencia psicológica, lo normal es que trates de resolver el problema por tu cuenta. Nosotros lo hemos hecho. Sí, la sociedad ha evolucionado mucho. Sí, cada vez hay menos tabús en la gente. Sí, cada vez tenemos más y mejores medios a nuestro alcance. Sí,…, pero la realidad es que no. Nuestra sexualidad, posiblemente por falta de confianza en nosotros mismos, es algo que no solemos compartir, es como si pusiéramos en duda nuestra hombría por tener problemas de erección.

No compartimos, no buscamos ayuda, no nos apoyamos en nuestra pareja y nos obsesionamos con cumplir con ella, recurriendo a trucos mentales más o menos sofisticados: buscamos métodos de excitación adicionales, recurrimos a pócimas alimentarias, intentamos retrasar el encuentro para reunir las fuerzas, etc. Te suena ¿verdad?, probablemente sí, todos lo hicimos.

En este artículo vamos a tratar de dar un nuevo enfoque al problema, un enfoque en el que descubrirás qué estás haciendo de manera incorrecta y como revertirlo simplemente aprendiendo,


Como curar la impotencia a través de los sentidos.



El principal problema que tenemos todos los hombres es que nadie nos ha enseñado qué es la sexualidad y cómo debemos hacer para disfrutar de la misma.

De las denominadas películas eróticas, de las conversaciones entre los “machotes”, normalmente hemos entendido que la relación sexual se basa en un mero encuentro en el que interviene única y exclusivamente el tacto.

Cuando tenemos problemas de impotencia tenemos que revivir aquello que nos apasiona, tenemos que redescubrir la sexualidad para poder disfrutar nuevamente de ella en toda su fuerza. Cierto es que el sentido del taco, el roce de la piel contra otra piel, tiene un gran poder erótico pero no es el único. Debemos descubrir este nuevo mudo de sensaciones para poder estimular nuevamente nuestro sistema de excitación sexual y curar nuestra disfunción eréctil.


Vista.

En cierta ocasión emitieron un programa de televisión en el que las “animadoras” del ejército explicaban sus técnicas para elevar el “ánimo” de las tropas en la segunda guerra mundial. Lo sorprendente de aquel programa fue comprobar cómo en la guerra de corea, los militares no conseguían la misma excitación aunque las mujeres que nos animaban pasaban directamente al desnudo. La respuesta era muy clara, la cuestión no está en cuanto se enseñe, sino en mostrar a la vista lo necesario, la cuestión radica en el cómo y en el cuándo. La cuestión está en percibir con la vista lo necesario para que nuestro cerebro haga el resto.

Al hablar de la vista no hablamos de tener las luces encendidas o apagadas, no es algo en lo que debamos decidirnos, existe un mundo de posibilidades: luces tenues, difusas, velas, luces coloreadas, luces dirigidas, etc.

Debemos aprender a mimar nuestro sentido de la vista, agradarlo con una decoración, una ambientación, unas ropas, etc. No dudemos en invitar a participar en el juego a nuestra pareja.


Oído.

Cómo decíamos antes, nuestra fuente de información principal: el cine erótico, es uno de nuestros grandes enemigos.

Sin restar importancia a aquellos sonidos que pueda realizar nuestra pareja o nosotros mismos durante la relación (suspiros, gemidos, gritos pueden resultar muy excitantes), tendemos a olvidar y deberemos volver a descubrir la importancia del susurro, la importancia de las palabras susurradas a nuestra pareja en momentos de complicidad.

Aprendamos cómo utilizar el sonido, cómo apoyarnos en una música agradable para ambientar la estancia, cómo de erótica puede ser la palabra: un relato breve y de alto voltaje contado susurrando en la intimidad.


Olfato.

El olfato es uno de nuestros sentidos más potentes a la hora de hablar de la relación sexual. El aroma del placer, el olor corporal de nuestra pareja excitada es un gran afrodisiaco.

Para resolver nuestro problema de impotencia debemos aprender a utilizar toda esa fuerza en nuestro provecho. Aprendamos cómo podemos ambientar la habitación (la bergamota es, según se cuenta, el prozac natural de la aromaterapia), pero no nos quedemos ahí.

Perfumemos nuestro cuerpo para resultar más atractivos (el olor a limpio suele resultar muy excitante), aprovechemos los aceites esenciales y sus fragancias para unir el tacto con un masaje sensual, el olfato con su fragancia y la vista con el movimiento sinuoso de las manos recorriendo un cuerpo desnudo que se excita bajo ellas. Debemos aprender que no es sólo el tacto el sentido que nos informa y nos excita, aprendamos a superar nuestra impotencia redescubriendo nuestros sentidos y, en el caso del olfato: ¿qué tal un baño compartido?.


Gusto.

Desde antiguo se han buscado los denominados afrodisiacos naturales, aquellos alimentos que nos van a aumentar la libido y la resistencia en la cama. Ahora no estamos refiriéndonos a este tipo de cosas sino a descubrir como el sentido del gusto puede ayudarnos en nuestro problema de dificultad de excitación.

Fresas, chocolate, aceites masaje comestibles, etc. Existen muchas posibilidades, la idea está en redescubrir el sabor de no nuevo y sorprendente, en sentir nuevas experiencias también a partir del sentido del gusto.-



Tenemos impotencia y queremos superarla. Padecemos de disfunción eréctil y queremos que se cure a toda costa. Nos empeñamos en superarla forzando la maquinaria y las situaciones o por el contrario, nos avergonzamos y reunimos a nuestra sexualidad. La respuesta no está en ninguna de las dos opciones, la cura de la impotencia (en especial la impotencia psicológica) está en recuperar nuestra confianza y nuestra libido y, para ello, debemos redescubrir qué nos pueden aportar nuestros sentidos.